Pregunta para Congreso de los diputados
Las personas autistas necesitamos una Ley de Protección frente a la discriminación y las agresiones, ¿cuándo se nos dará la visibilidad que merecemos?
Inicio esta campaña de firmas para solicitar más visibilidad y atención para las personas en el espectro autista (TEA). A pesar de que este sea un motivo por el que se nos sigue discriminando, agrediendo e incluso asesinando, todavía no existe ninguna ley que decrete el autismo como un agravante. Por eso me gustaría pedir que desde las instituciones se trabaje en la implantación de una Ley de Apoyo y Protección para las personas autistas ya que, en ocasiones tenemos muchas más dificultades para defendernos frente a cualquier tipo de abuso, y eso, debería de tenerse en cuenta.
Necesitamos protección desde la infancia, pero también cuando nos convertimos en adultos. Queremos que los centros educativos incluyan protocolos más amplios y obligatorios para los casos de acoso por TEA. Además, necesitamos protección frente al acoso laboral y visibilidad para que se nos presenten las mismas oportunidades de trabajo que al resto. Actualmente un 90% de personas autistas están en paro, el hecho de que se nos reconociera como discapacidad directa, que es algo que tienes que luchar mucho por los juzgados, nos facilitaría bastante las cosas en este ámbito.
También, demandamos protección judicial frente a cualquier situación de discriminación. Necesitamos que se faciliten los procesos y que se generalice la idea de que también existen las personas autistas adultas, ya que, la mayoría no hemos podido ser diagnosticados durante la infancia. Ahora necesitamos que desde la Seguridad Social se nos proporcione los recursos adecuados, empezando por introducir psicólogos especializados, terapeutas y fisioterapeutas para casos específicos.
Creo que seguimos estando muy invisibilizados y silenciados en la sociedad. Ni los medios de comunicación ni los políticos han dado un seguimiento mediático adecuado al caso del asesinato de Isaac, un joven de 18 años que fue asesinado por tener Asperger. Según su entorno llevaba tiempo siendo acosado por este mismo motivo, pero ni siquiera el Presidente del Gobierno ha dedicado unas palabras a este terrible suceso.
A nivel institucional, en general, estamos bastante abandonados. Hay un estigma enorme con las personas autistas. La sociedad piensa que no tenemos capacidades y que no sabemos hacer nada bien. Esto es totalmente erróneo, empezando por que existen diferentes grados de TEA e incluso las personas que están en el tercer grado pueden bajar a un grado menor con los apoyos adecuados.
Se debería de invertir más en investigación y no encasillar el autismo solo en determinadas características. Se ignora que haya un autismo en mujeres con características distintas y también el hecho de poder tener características mixtas. Hay mucho desconocimiento todavía. Se deberían realizar terapias personalizadas para detectar cuales son las dificultades y capacidades de cada persona y entender que, aunque alguien te pueda mirar a los ojos no implica que no sea autista.
A mí nadie me ha dado apoyo nunca. Hasta los 3 años aproximadamente era lo que socialmente llaman un “niño normal”. Cuando pasé a preescolar dejé de hablar casi hasta los 9 años que empecé a hablar con mi familia y hasta los 12 no comencé a hacerlo también con gente de clase. Siempre me reñían en el colegio porque los profesores me preguntaban cosas y yo no respondía. Pero más allá de eso, como sacaba buenas notas, nadie hizo caso ni me dio ningún tipo de apoyo.
Fue ya de adulto, cuando me lo pude diagnosticar oficialmente a través de la Seguridad Social, gracias a que existe un patrón de electroencefalograma común con el que, en algunos casos, es posible identificar a una persona en el Espectro Autista
Las cosas han mejorado desde que yo iba a la escuela, pero todavía queda mucho que hacer. A pesar de que se haya incluido la atención temprana en diferentes comunidades autónomas, todavía existe una lista de espera tan grande que es prácticamente imposible entrar.
Hay una mejora diagnóstica ya que los padres tienen más información y en cuanto notan algo diferente llevan a sus hijos al médico, pero aún así si el niño o niña no encaja dentro de las características aceptadas como TEA se obvia la posibilidad de que pueda ser autista y no se le da un apoyo completo, sobre todo en niñas. Además, hay muchos casos que no se diagnostican hasta la adolescencia, cuando ya es tarde ya que ya has desarrollada la autoestima y seguramente ya hayas sufrido acoso en clase por ser “el raro” y no tener una explicación para ello.
Todo esto te hace pensar que estás haciendo las cosas mal. Hasta que no te dan un diagnóstico no te das cuenta de que no eras tú el que estaba equivocado sino la sociedad la que no te estaba tratando bien, porque no veían como eras realmente.
Somos diferentes, pero somos igual de válidos para todo. Por eso quiero dirigirme a los políticos del Congreso de los Diputados para reivindicar protección para las personas autistas. Estamos hartos de ser invisibles, necesitamos que se nos escuche.