Pregunta para Parlamento de Navarra
Necesitamos una red de apoyo importante y real para las mujeres supervivientes de violencia de género empezando desde los servicios sociales, pasando por la policía, hasta llegar al juzgado
Soy Elena, superviviente de violencia machista y tras un largo aprendizaje, soy formadora en autodefensa feminista. Tuve una relación de 12 años con el padre de mis hijos. Al principio no existía la violencia, pero con el tiempo me maltrató física, económica y psicológicamente, incluso intentó matarme. Y como nos pasa a muchas mujeres, el día de la paliza no denuncié por miedo.
Es primordial que se dirijan recursos económicos y materiales desde las instituciones para crear una red de apoyo real. Una red de apoyo empezando desde los servicios sociales, pasando por la policía, hasta llegar al juzgado, y por supuesto todos y todas las profesionales que participen en esa red deben tener perspectiva de género y formación para cuidar y atender a la mujer.
Cuando estamos en esa situación estamos perdidas, no sabemos dónde acudir, tenemos miedo a denunciar por el trato que vamos a recibir y porque se nos juzga. Muchas veces estamos solas, sin independencia económica y no es raro que algunos/as abogados/as de oficio no nos presten la atención necesaria a las mujeres que vamos a poner una denuncia. Pasamos de estar sometidas a los maltratadores a estar sometidas a las instituciones. Es un proceso de espera largo, duro y de mucho miedo y es imperdonable que en ese momento tan vulnerable y de desconocimiento se nos trate así desde las instituciones que nos deberían proteger.
Si nos conceden una orden de alejamiento, en vez de vigilar al maltratador somos nosotras las perseguidas. Nos ponen un dispositivo de control telemático, tenemos que estar localizadas, constantemente cargando el dispositivo, continuamente dando explicaciones… Es verdad que nos protege en cierto modo, pero provoca un estrés emocional muy alto. Es una vigilancia que no nos deja desconectar del maltrato que sufrimos.
A pesar de la situación en la que estamos se nos exige seguir siendo una mujer trabajadora, la mejor madre, una mujer que no se deprime, pero nos encontramos con muchas trabas cuando más apoyos deberíamos estar recibiendo. La RAI, por ejemplo, la ayuda extraordinaria de 430 euros mensuales que podemos solicitar las víctimas de violencia de género y doméstica, solamente nos la conceden si no tenemos ningún ingreso. En Navarra, si cobramos 1100 euros, por poner un ejemplo, no nos pertenece ninguna ayuda porque “ya ganamos lo que se supone que tiene que entrar en una hogar de tres miembros”. En lo que se refiere a la vivienda, podemos estar años esperando para que nos llamen para poder acceder a una vivienda de baja renta - yo esperé 8 años y no me llamaron. No nos dan facilidades.
Yo tengo mi familia y amigas que me han apoyado desde el principio, pero una mujer que no tenga una red de apoyo cercano es muy difícil que pueda seguir adelante. Estamos en un momento muy vulnerable cuando salimos de una relación de maltrato, estamos asustadas, machacadas, creemos que no valemos nada y luchar desde ahí, saber movernos y asesorarnos es imposible. Nos sentimos pequeñitas, culpables, creemos que hacemos las cosas mal y un mal acompañamiento, que nos hablen mal en la comisaría o que nos juzguen, hace que muchas mujeres retiren la denuncia y sigan estando en peligro.
Por todo ello me dirijo a los políticos y las políticas del Parlamento de Navarra. Necesitamos una red de apoyo importante y real empezando desde los servicios sociales, pasando por la policía, hasta llegar al juzgado. Es necesario que todos y todas las profesionales que participen en esa red deben tener perspectiva de género y formación para cuidar y atender a la mujer.