La cuenta atrás para la vuelta a las aulas, tanto como para los más mayores como para los más pequeños, ha empezado: en menos de un mes volveremos al bullicio de las clases y la imagen de las aulas vacías será poco más que un mero recuerdo desagradable. Sin embargo, el mismo problema que nos hizo abandonar nuestro lugar de aprendizaje sigue vigente en la actualidad.

Con el Covid-19 todavía muy presente en nuestro día a día, el temor y la incertidumbre de docentes, padres y familias enteras es cada vez mayor. Las medidas que el gobierno ha establecido para llevar la educación de nuevo a las aulas de forma “segura” son incompletas y generan gran incertidumbre.

Los docentes y el personal que trabaja día a día en las aulas tenemos que explicar a los más pequeños que no deben juntarse a otros niños, que no pueden tocarse ni jugar, ante la cara de frustración de los pequeños que, fuera de las aulas pueden jugar y divertirse juntos sin ningún tipo de restricción. 

Por su parte, los niños, los grandes damnificados en esta crisis educativa que estamos viviendo, formarán parte de una educación restringida y con numerosas normas y lagunas que harán que la información que reciban sea incompleta y confusa. Eso cuando no tengan que volver a confinarse de nuevo debido a un brote de fiebre entre algunos de sus compañeros. Eso sería para los niños como quitarle el caramelo que les acabas de dar.

Sin embargo, el peso de estas medidas recaerá sobre las familias al completo. ¿Qué pasará cuando los pequeños tengan que ser confinados de nuevo? ¿Cómo llevarán a cabo su trabajo los tutores de los niños si les vuelven a encerrar en casa?

Si la vuelta a las aulas es tan segura (supuestamente), entonces, ¿por qué se recomiendan reducir los horarios en las escuelas de 0-3 años y, en algunas comunidades autónomas se obliga al horario de jornada continua, además de prohibirse las actividades extraescolares? ¿Por qué no están permitidas las extraescolares, pero los campamentos sí? ¿Cómo pueden creer seguro volver, en septiembre, a los ratios previos al confinamiento cuando se han reducido para las escuelas que han abierto estos meses?

Señores del Congreso de los Diputados, no sé si se han parado a reflexionar sobre si las medidas que han establecido para la vuelta a las aulas son las adecuadas. Definitivamente, existe una gran controversia acerca de esta situación. Lo que si que es cierto es que necesitamos medidas que hayan sido pensadas para satisfacer las necesidades de los más pequeños, de las personas que están a su cuidado y de los docentes que les educan. 

Por eso pido que se tengan en cuenta a todos los sectores de la sociedad a la hora de tomar medidas para una vuelta segura a las aulas. Ni los educadores somos vigilantes, ni los padres son docentes, ni los niños son de piedra. Necesitan jugar y disfrutar del contacto humano, y los adultos necesitamos que puedan hacerlo en un entorno seguro.