Me llamo Emma y he sobrevivido a un Linfoma de Hodgkin y de la zona gris.

Los síntomas comenzaron durante el verano de 2015, cuando tenía 13 años. Empecé teniendo molestias en el codo izquierdo, malestar general y unos dolores de espalda que con el tiempo se hicieron insoportables. También sentía mucho cansancio, falta de apetito y padecía anemia.

Durante meses me estuvieron realizando todo tipo de pruebas en diferentes hospitales, pero los resultados no arrojaban nada concluyente. 

En el mes de octubre ya estaba muy decaída, tanto física como mentalmente; y a pesar de que me habían hecho todo tipo de pruebas, tuvieron que volver a repetírmelas. Finalmente, en diciembre me diagnosticaron Linfoma de Hodgkin y de la zona gris en el tórax y en la parte derecha del cuello.

A continuación, para combatir la enfermedad, me administraron cuatro ciclos de quimioterapia, de una semana cada uno, y once de radioterapia. Tuve momentos duros, en especial cuando perdí el cabello, pero por lo general llevé todo el proceso bastante bien.

A día de hoy conservo algunas secuelas de los tratamientos, ya que la quimioterapia me dañó el estómago, y la radioterapia disminuyó mi capacidad pulmonar. En cambio, puedo llevar una vida normal, como la mayoría de las personas de mi edad.

Ahora, con esta iniciativa pido al Parlament de Catalunya que destine más recursos a la investigación del cáncer infantil y a la mejora de los procedimientos necesarios para su diagnóstico precoz.