Pregunta para Congreso de los diputados
Considero que el sistema educativo hace que los niños y niñas se enfoquen demasiado en repetir conceptos e ideas, tal como se les han enseñado. ¿De qué manera podríamos fomentar en ellos su pensamiento crítico?
Mi nombre es Eric Rosales, soy coach y terapeuta. Llevo formándome en ello desde el 2008 y empecé a ejercer como tal hace más de 10 años. También he trabajado como educador social durante unos 15 años, con todo tipo de perfiles de niños y niñas y adolescentes.
Soy padre de una niña y de un niño, y a través de su desarrollo y de mi experiencia profesional, me he dado cuenta de que cada persona tiene claramente un potencial, unas fortalezas que le son propias. En el colegio se pretende que todo el alumnado aprenda lo mismo y que tenga el mejor rendimiento posible en todas las áreas, independientemente de cuales sean sus cualidades, capacidades e inclinaciones personales.
Esto en ocasiones puede generar frustración, ya que podría haber, por ejemplo, algún niño o niña que esté más predispuesto al deporte, teniendo en la escuela poca manera de reforzar y potenciar ese aspecto. Otro ejemplo podría ser el de un/a futuro artista. ¿Qué oportunidades le brinda el colegio para desarrollar esta rama?
Creo quetenemos un sistema que aún se enfoca mucho en lo racional y en la memorización, lo cual resulta muy limitado y limitante, teniendo en cuenta las ya bastante conocidas y divulgadas inteligencias múltiples.
Esto no quiere decir que no haya que aprender lo básico y esencial de cada asignatura, evidentemente, pero sí que se potencien las fortalezas de los alumnos y alumnas, y que puedan aprender de forma más experiencial, lo cual también está bastante asumido que genera un aprendizaje mucho más duradero que el que favorece la memorización. Creo que la enseñanza debería ser mucho más personalizada y flexible.
Al aprender todos lo mismo, se fomenta el que todas las personas seamos iguales, que pensemos igual, que no nos planteemos las cosas. En definitiva, que no empleemos el pensamiento crítico, pensando por nosotros mismos.
En los libros de texto se difunde una forma de pensar que se da por sentada, y no se invita al alumnado a que piense de manera crítica. Muchas veces esta forma de aprendizaje marca sesgos de género, tendencias religiosas, políticas, de valores, etc., ya desde muy pequeños.
Por ejemplo, la famosa asignatura de ética no debería estar enfocada en lo que debemos hacer, sino que debería plantear debates y fomentar el enriquecimiento por contraste de visiones. Por ejemplo, ¿qué es para ti el respeto? Una pregunta así hará que cada cual muestre su punto de vista, pudiéndose así fomentar valores y el pensamiento crítico. En los colegios habitualmente se da muy poca variedad de opiniones y de formas de pensamiento, se predispone a todos a pensar de la misma manera o en la misma línea.
Creo que lo primero que habría que hacer es reforzar el sistema educativo, que en cada aula hubiera un ratio menor de alumnos por maestro/a, a fin de que el profesor o la profesora pueda observar, de manera afinada, a cada alumno o alumna para ver qué potenciales tiene, de forma personalizada, para poder ayudarle a manifestarlo y sacarle el máximo partido. Así también se podrían detectar sus puntos débiles y se podría trabajar en ellos cuidadosamente y sin que éstos cobrasen más importancia que las potencialidades. De este modo, se propiciaría el valor personal de cada alumno/a, evitando en gran medida la desvalorización propia por demasiado enfoque en las debilidades (enfoque en errores, 'malas notas'...).
Hay algunos colegios que ya trabajan por proyectos, en función del temario, y de esta forma fomentan la participación del alumnado, el trabajo y las competencias grupales y la puesta en práctica de las mejores dotes de cada alumno/a.
Por otro lado, creo que es muy importante también involucrar a los alumnos y alumnas en el proceso, lo cual nutre el pensamiento crítico y el desarrollo cognitivo en general, así como la capacidad de resolución de conflictos y dificultades. Que puedan decidir y tener voz en las dinámicas escolares. Cuando yo era pequeño, por ejemplo, me aburría la lectura, pero con el tiempo he visto que fue así por el tipo de libros que me obligaban a leer. Sin embargo, ahora soy un amante de los libros, desde que descubrí el tipo de textos que son de mi interés. Me costó años reconciliarme con ella. ¡Qué bueno sería fomentar una educación apoyada en lo motivador para cada persona, más que en lo obligatorio para todos y todas por igual!
Por ello, me gustaría que el Congreso de los Diputados pusiera en valor y fomentase en las escuelas el pensamiento crítico, porque es una competencia imprescindible para la vida, ya que implica un conjunto de capacidades para saber analizar, reflexionar, comparar, discernir, explicar o decidir. Es apostar por una sociedad mejor, constituida por individuos libres de pensamiento, que podrán dar lo mejor de sí a la sociedad, a fin de seguir mejorando cada día más.