Pregunta para Parlamento de Canarias

Las personas que padecen TCA son más que números, las conductas alimenticias son solo la punta del iceberg de toda la estructura que lo sostiene. ¿Por qué en Canarias seguimos sin destinar los recursos necesarios en salud mental?

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Erica S. Gallego Pregunta de Erica S. Gallego

Mi nombre es Erica, soy psicóloga especializada en trastornos alimentarios entre otras áreas. Siempre tuve clara mi vocación, quizás también por mi madre, psicóloga también, o porque desde bien pequeñita yo misma experimenté en primera persona lo que era vivir con ansiedad generalizada y ataques de pánico. Siempre he dicho que en este sentido la vida me ha dado un doctorado en gestión de estrés y ansiedad, y como profesional de la salud mental este conocimiento es un lujo. 

Comencé mi andadura profesional orientada a la psicología clínica en general y al trabajo con víctimas de violencia de género en particular, sin embargo, durante las prácticas de un máster tuve la oportunidad de cursarlas en la única asociación de la provincia de Gran Canaria dedicada exclusivamente al tratamiento de TCA, Gull Laseguè. 

Decidí seguir indagando en este campo y seguí especializándome. Aprendí varias cosas:

  • Que las conductas que se conocen popularmente de los trastornos alimentarios son solo la punta del iceberg. 
  • Que detrás de un síntoma hay muchísimo sufrimiento y otras psicopatologías más conocidas (depresión, ansiedad, trastornos de la personalidad, secuelas de traumas, bulliyng, historia de abusos, problemas intrafamiliares…)
  • Que como sociedad no se tiene conocimiento, se suele ver como “tonterías”, “cosas de la edad”, “complejos” …desmereciendo completamente a la persona que lo padece, así como a sus familias y gente cercana que debe trabajar muy duro para acompañar con cariño y paciencia.
  • Que no todo es anorexia y bulimia.
  • Que no solo lo sufren chicas jóvenes.

También me di cuenta de la importancia de que los y las profesionales que trabajamos en este campo estemos debidamente formadas y capacitadas para responder a este colectivo, ¿Por qué? Porque si no hay información más compleja y una sensibilidad real a veces se puede caer en hacer comentarios desafortunados o incluso agravar la sintomatología.

Por otro lado como sociedad tenemos muchísimo trabajo por delante, podemos llegar a normalizar conductas que realmente son patológicas, por ejemplo, hacer dietas continuamente, clasificar alimentos como buenos o malos en función de si consideramos que engordan o no, compensar o restringir ingestas si sentimos que “nos hemos pasado” con esa cena familiar, pesarnos a menudo, hablar constantemente de tallas, dietas, peso… Vivimos en un mundo donde decir a alguien que está más delgado es un alago y lo contrario es un insulto.

Con el verano y la “operación bikini”, la situación se agrava, si das un paseo puedes ver farmacias dedicando un escaparate a publicitar artículos dedicados a la pérdida de peso. Es contradictorio que en el mismo espacio se encuentren los ansiolíticos y antidepresivos que una persona con TCA necesitará para poder sobrellevar su sufrimiento, así como los batidos de aporte nutricional para aquella persona que ha dejado de alimentarse y está desnutrida. Si relacionamos solo y exclusivamente el peso con la salud física, ¿Dónde queda la salud mental? 

Me gustaría animar a las instituciones a que se formen, son las que tienen que tomar cartas en el asunto, realmente existe un desconocimiento acerca de la gravedad de estas patologías y las necesidades atencionales REALES de las personas que lo padecen, se presta más atención a las cifras y los números que a quien les afecta. Sería interesante que tuvieran la inquietud de ampliar sus conocimientos, de contar con los y las profesionales que estamos en primera línea, que conocemos realmente la situación y necesidades específicas, que recibieran los mismos talleres de sensibilización que se ofrecen a colegios, familias y diversas entidades.

Actualmente para que una persona sea ingresada por las consecuencias del TCA debe estar extremadamente grave, a veces incluso ni esto es suficiente, por otro lado, no existe una zona específica para estas patologías, aunque el índice de casos es altísimo y no para de crecer.  Por defecto siempre se va a intentar no proceder a ingresos, y en cuanto alcanzan el peso mínimo normalmente se les da el alta, cuando el peso es solo una milésima parte de la problemática en sí, nuevamente de esta manera no estamos atendiendo a la salud mental. Por eso te pido que firmes esta petición, para que por fin nos escuchen, es hora de que se destinen los recursos necesarios de la manera necesaria para brindar la ayuda que merecen.

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