Me llamo Estefani y vivo en Bilbao. El día 24 de diciembre de 2019 me visité con el médico y me hicieron una analítica de sangre porque hacía tiempo que presentaba episodios de mucho cansancio. Entonces no me encontraron nada y me mandaron a casa. Después de unos días, me salieron dos bultos en el cuello que me crecían y que me dolían. El médico me indicó, de entrada, que tomara antiinflamatorios, pero no mejoraron. Entonces me hicieron otra analítica y una biopsia. Al cabo de poco tiempo me llamaron y me indicaron que fuera al hospital. Allí me anunciaron que padecía leucemia aunque tenían que acabar de definir de cuál se trataba. Finalmente, a finales de enero de 2020 me diagnosticaron una Leucemia Linfoblástica Aguda.

Después de tres días de anunciarme el diagnóstico, ingresé y empecé a recibir un tratamiento de quimioterapia. Estuve en el hospital durante un mes y medio y lo pasé muy mal psicológicamente. De repente llegó la pandemia de Covid-19 y dejé, incluso, de recibir visitas, que era el único aspecto que me despejaba de vez en cuando. Entré en depresión y me costaba hablar y comer. Debido a esto, cuando terminé con la quimioterapia los médicos quisieron tenerme un tiempo más en el hospital porque estaba muy débil. Finalmente me mandaron a casa durante dos semanas y después empecé con otro tratamiento de quimioterapia intermitente; una semana sí y una semana no durante dos meses.

Cuando terminé este tratamiento me visité con el hematólogo y me indicó que lo veía todo muy bien. Me practicaron otra biopsia y se reafirmó esta noticia. Me anunciaron que tenía que someterme a un trasplante de médula ósea y en julio ingresé de nuevo en el hospital, esta vez de Donosti, para que me lo practicaran. Tuve que estar un mes en el hospital y psicológicamente lo volví a pasar mal, pero cuando salí me recuperé rápido y bien. Actualmente tengo revisiones cada mes y dentro de poco tengo una prueba importante a partir de la cual los profesionales sanitarios valoraran todos los indicadores de la enfermedad que he padecido para asegurarse de que está todo bien.

Durante todo el tiempo que estuve en el hospital, me tocó estar con personas que son mayores; pacientes de cáncer adultos. Esto me ha llevado a ver cosas muy duras y a sentir la muerte muy cerca. Considero que es necesario que se impulse una unidad hospitalaria dedicada a los pacientes oncológicos que son jóvenes. Es primordial poder compartir estos momentos con personas de tu misma edad y con quien puedas sentirte identificado. También es muy importante que se tengan en cuenta las necesidades y los intereses de los jóvenes, y que se cuiden. Yo no tuve servicio de internet durante todo el tiempo que estuve ingresada, por ejemplo. Me hubiera gustado poder ver una serie o una película de vez en cuando. No somos niños y no somos adultos; somos otro colectivo, tenemos otras necesidades y nos gustaría que se nos cuidase.

Es por todo esto que me dirijo a los políticos del Eusko Legebiltzarra, ya que son quienes me representan, para que me respondan, exactamente, ¿por qué no se impulsa una unidad para pacientes oncológicos jóvenes?, si tienen pensado hacerlo y si es que sí, cuando.