Pregunta para Parlamento de Andalucía

He superado un linfoma. Llevo más de un año recuperándome de los efectos secundarios de los tratamientos. ¿Por qué además de mejorar la inversión destinada a la investigación, no se ofrece acompañamiento físico, psicológico e informativo a los pacientes?

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Eva Ríos Pregunta de Eva Ríos

Me llamo Eva y vivo en Granada. Después de pasar cuatro años en Guatemala, volví en Navidades de 2016. La primavera siguiente, empecé a padecer episodios constantes de febrícula. También me notaba muy cansada. Al principio eran semanas, que más tarde se convirtieron en meses. La gente lo asociaba al contraste de temperatura entre Guatemala y España, pero los síntomas me llevaron a acudir al médico. Le planteé que podía tratarse de algún parásito, pero me hicieron analíticas y confirmaron que todo estaba correcto.

Pasó todo el verano y en septiembre volvieron las fiebres. Los episodios seguían siendo constantes. Además, padecía de una inflamación intestinal importante que me provocaba espasmos, retortijones, calambres, etc. Más adelanté, me detecté un bultito en la ingle, así que decidí, de nuevo, acudir al médico. Allí me hicieron una analítica específica de hormonas y me indicaron, otra vez, que todo estaba bien. Decidí recurrir al servicio privado para que me hicieran un seguido de pruebas relacionadas con las alergias, las posibles intolerancias alimenticias, etc. fue entonces cuando vieron que efectivamente tenía un parásito de origen tropical que afectaba la inflamación intestinal. Aun así, mi médico de cabecera no dio importancia a los resultados de la prueba en cuestión. De hecho, decidió recetarme un antibiótico que me perjudicó todavía más.

Pasaron seis meses y me apareció otro bultito en la otra ingle. Además, el primario había aumentado de tamaño. Decidí acudir, de nuevo, a visitarme con mi médico que, por casualidad, estaba de vacaciones. La persona que me atendió decidió derivarme al hospital para que me pudieran hacer pruebas concretas diversos especialistas. Me hicieron una ecografía de los bultos, pero no conseguía que me hicieran una biopsia, aunque el cirujano me visitó. Por otro lado, me vio el digestivo, que me practicó, también, una ecografía. Cuando decidió restar importancia a mis síntomas le planteé todo lo que me ocurría y allí empezaron a tomarme en serio; finalmente, después de tres años, empezaron a atenderme. Me estuvieron haciendo pruebas durante un buen tiempo hasta que en 2020, justo durante la primera semana de confinamiento derivado de la pandemia de la Covid-19, me practicaron una biopsia. Entonces me diagnosticaron un linfoma. Aunque de entrada no se sabía la gravedad, cuando me pudieron hacer un PET-TAC me informaron de que se encontraba en estadio IV y que tenía que empezar con un tratamiento de quimioterapia de inmediato.

En estos momentos estoy limpia de enfermedad; pero los efectos secundarios que han conllevado sobre mi cuerpo los tratamientos a los que me he tenido que someter han sido severos. De hecho, después de un año y medio de haber terminado la quimioterapia, todavía lidio con los síntomas derivados. Durante el proceso de enfermedad, no recibí soporte ni acompañamiento de ningún tipo; ni físico, ni nutricional, ni psicológico. Aunque mi cuerpo cada vez estaba más afectado debido a lo mencionado, yo no sabía cómo reaccionar ni cómo cuidarlo. No fue hasta que terminé que pude dedicarme a recuperarme recorriendo a especialistas privados. Seguramente, si hubiera recibido asesoramiento, la recuperación general no estaría siendo tan lenta. De hecho, ya de entrada no me informaron sobre los efectos secundarios que conllevaría mi enfermedad ni tampoco me plantearon aspectos como, por ejemplo, la posibilidad de congelar óvulos por si en un futuro podía optar o quisiera ser madre.

Es por todo lo presentado que me dirijo a los políticos del Parlamento de Andalucía, ya que son quienes me representan, para que puedan leer mi testimonio y empatizar, y para que además estén informados sobre algunas de las carencias relacionadas con la sanidad pública en la comunidad sobre las que se podría trabajar en pro de mejorarlas: ¿Por qué además de mejorar la inversión destinada a la investigación, no se ofrece acompañamiento físico, psicológico e informativo a los pacientes desde que reciben el diagnóstico?

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