Mi nombre es Fátima y soy psicóloga.

La salud mental es la gran olvidada dentro del sistema sanitario español y en la última década se ha evidenciado más la escasez de recursos y sus consecuencias. Ha sido necesario una pandemia mundial para que la sociedad se haya percatado de la importancia de visibilizar y cuidar la salud mental. Los datos sobre problemas de salud mental dan testimonio de su magnitud.

4 de cada 10 españoles no gozan de una buena salud mental y casi el 75% de la población está convencida de que ha empeorado para todos en los últimos años. Pero continúa el estigma: un 40% de las personas diagnosticadas con un problema de salud mental ha sentido rechazo social por parte de su entorno.

Un estudio realizado por la Conferencia Salud Mental España revela que solo 30,8% de los menores de 24 años considera que tiene una buena salud mental, y que las ideas o intentos de suicidio y autolesiones son más comunes entre los jóvenes.

En España, en 2020, el 5,25% de personas sufrían un cuadro depresivo. 5.714 casos por 100.000 habitantes, según datos recopilados en 2019 por la fundación Civio. Dato similar al de los trastornos de ansiedad, 5.129 por cada 100.000 habitantes.

Muchas veces la solución a estos problemas se identifica con el consumo de medicamentos. En parte es así por la ausencia de psicólogos en la atención primaria. El consumo de ansiolíticos y antidepresivos en España es elevadísimo, más de dos millones de personas toman a diario ansiolíticos.

Por otro lado, en el 2022 se alcanzó la cifra de 4.030 suicidios en un año en España, la mayor cifra en las últimas cuatro décadas. Cada día se suicidan de media 11 personas en nuestro país. A esos fallecimientos hay que añadir los intentos y la ideación suicida que según la OMS se traducirían en 80.000 intentos al año y 4 millones de personas con ideación suicida a lo largo de su vida.

Nuestro país dedica apenas un 4% de la inversión en sanidad a salud mental. El número de psicólogos en el sistema nacional de salud en España no llega a 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes, cuando la recomendación de la Unión Europea es que sean 18. De ahí derivan los problemas en las listas de espera.

Estas listas de espera empujan a los pacientes con problemas de salud mental al sistema privado, lo que constituye un obstáculo para acceder a un tratamiento.

Otro de los grandes problemas es el estigma que existe con las enfermedades mentales. Esto impide que personas con problemas de salud mental puedan acceder a un diagnóstico y tratamiento adecuados. Un gran número de personas con síntomas depresivos no buscan tratamiento porque creen que la ayuda no servirá y no tiene solución.

Los servicios de salud mental tienen que ser ágiles, accesibles y rápidos. ¡Las largas listas de espera para una consulta psicológica siguen siendo uno de los principales problemas de la salud mental! ¡Hay que invertir más en salud mental!