Mi nombre es Fran y soy seropositivo.

Existe un gran desconocimiento generalizado en torno al VIH y salud sexual, tanto a nivel población como en el ámbito de la sanidad. Hay una gran parte del sector sanitario que no tiene ni idea del VIH, de cómo son los tratamientos o de métodos de prevención, como puede ser el uso la PrEP, medicamento que reduce las posibilidades de contraer VIH a través de relaciones sexuales.

Antes de ser seropositivo, me he encontrado con algún médico de familia que me ha juzgado e incluso ha llegado a humillarme por pedir simplemente una prueba de infecciones de trasmisión sexual (ITS), aunque le hubiese comentado que llevaba una vida sexual muy activa.

Tengo amigos médicos que me han comentado también que hay compañeros suyos que desconocen totalmente el tema y que incluso dentro del propio examen MIR (Médico Interino Residente) incluían preguntas con tintes serófobas. Que existan profesionales que no controlen este tema tan trascendental para la salud es inentendible, y que haya preguntas serofóbicas en un examen oficial tan importante es completamente inaceptable y vergonzoso.

Es necesaria una mayor educación sexual a toda la población, así podríamos luchar contra la estigmatización de las ITS como el VIH. Porque no es normal que existan personas que ataquen usando el comodín de “sidoso”. Hay que luchar contra este estigma tan desarrollado en nuestra sociedad.

Además, actualmente puedes pedir el tratamiento de la PrEP comentándoselo únicamente a tu médico de cabecera, sin tener que ir a ningún centro específico, por lo que ahora va a haber un gran número de casos nuevos.

En la Comunidad de Madrid actualmente solo existe un lugar dedicado a la atención especializada en infecciones de trasmisión sexual. Este es el Centro Sanitario Sandoval, el cual está siempre desbordado. El establecimiento se encuentra en una situación de precariedad según pacientes e incluso trabajadores de este. A pesar de estar integrado en el Hospital San Carlos, la atención está administrada por la plantilla del centro, los cuales no dan abasto. Largas listas de espera para primeras atenciones y pasillos desbordados con hasta veinte personas esperando es el día a día de dicho centro.

En este centro fue donde se me diagnosticó de VIH. Tuve una mala experiencia con la doctora que me lo anunció, llegando a hacerme comentarios hirientes e innecesarios. Aún así, el resto del equipo fue muy respetuoso y se comportó conmigo de maravilla.

En otras comunidades autónomas de España tienen mas suerte con el número de centros especializados en infecciones de trasmisión sexual, pero en la Comunidad de Madrid estamos desamparados al solo existir uno. ¡Es necesaria una mayor atención!