Hola, soy Francisco y vivo en La Palma (Islas Canarias) y soy uno de los afectados de las consecuencias del volcán que entró en erupción el año pasado. Inicio esta petición para pedir a las instituciones que se den soluciones a todos los vecinos y vecinas palmeras que tenemos problemas de vivienda, acceso, negocios, herencias, reconocimiento de terreno… a causa de la erupción del volcán. 

El 19 de septiembre de 2021, un poco después de las tres de la tarde, hizo erupción un volcán en la isla de La Palma en un lugar de Cumbre Vieja conocido como Cabeza de Vaca. Como en todos los volcanes de Canarias, la lava expulsada por el volcán siguió la pendiente de la isla camino del mar.

Otros volcanes anteriores, como el Teneguía de 1971, casi no produjeron daños, por dos motivos: porque surgieron en zonas alejadas de la población o por su corta duración. Pero, en este caso, el volcán nació en una zona muy poblada y el camino que tenía que seguir hasta el mar estaba repleto de casas terreras, huertas y fincas de viña, aguacateros o plataneras. 

Así, desde la primera noche, el nuevo volcán comenzó a arrasar casas y pueblos enteros (que allí llamamos barrios) dejando sepultada la forma de vida de miles de personas, así como sus recuerdos y sus esperanzas. Desaparecieron colegios, farmacias, consultorios médicos, industrias, empresas, instalaciones deportivas, casas particulares, iglesias…, pueblos enteros como Todoque o la mitad de La Laguna.

El 13 de diciembre, después de 85 tristes días, cesó la erupción, aunque no terminó del todo para miles de personas que siguen padeciendo sus nefastas consecuencias en un espectro de situaciones tan variado como trágico.

Todavía, más de un año después, hay mucha gente sin casa: cientos en hoteles de la isla, otros en casas prestadas, alquiladas o compartidas con familiares. Hay muchas personas que perdieron su finca y su medio de vida. Otros, cuyas casas o negocios se salvaron de la lava, siguen sin poder siquiera acudir a ellos, por falta de acceso o por prohibición dictada por las autoridades, por culpa de la presencia de gases, que califican de letales.

La población está descontenta con las autoridades, aunque se han sucedido los homenajes a la ciudadanía, las visitas de gobernantes, la creación de organismos de gestión de la catástrofe, incluso las ayudas y subvenciones. Pero la gente no está satisfecha con la gestión y con la burocracia y el volcán social está a punto de hacer erupción.

Por todo ello pido al Parlamento de las Islas Canarias soluciones y responsabilidad. Hay que solucionar problemas graves, algunos declarados urgentes en su momento, como la vivienda, la propiedad de los terrenos sepultados por la lava y su futuro, el reconocimiento de fincas o casas heredadas sin escrituras (de palabra de padres a hijos), el acceso a la zona costera de Puerto Naos y La Bombilla (viviendas, negocios, hotel, etc.), y un sinfín de situaciones que están matando de forma lenta y progresiva el ánimo, la esperanza y, en algunos casos, la vida de muchos palmeros.