El impulsar infraestructuras absurdas con el dinero de todos ha sido algo habitual durante los últimos años y tal comportamiento se convirtió en una de las razones para que España entrara en crisis. Así, se construyeron aeropuertos sin aviones, puertos sin barcos, polideportivos sin socios, carreteras sin coches... y trayectos de alta velocidad sin planificación de ningún tipo. Todo aquello se convirtió en una carrera de locos hacia ninguna parte dando muestras, todos los partidos políticos - pero especialmente PP y PSOE -, de una enorme irresponsabilidad, como si el dinero público fuera ilimitado y no fuera del conjunto de los ciudadanos. Fue toda una cultura política dispuesta al derroche y al despilfarro, sin otro objetivo que aparentar que se hacía aunque lo que se hiciera fuera innecesario. Los representantes políticos, también los alcaldes, no tenían otro objetivo que inaugurar cuantas más cosas mejor, incluidas aquellas cosas que no tenían sentido y que no eran en absoluto necesarias. En el caso de Ilunbe y la Brecha es posible que pasara algo parecido.