Basta ya de violencia machista. Basta ya de una violencia que asesina mujeres, que maltrata y que impide que puedan vivir en libertad e igualdad. Esta lacra, en cualquiera de sus expresiones, se ha convertido en una cadena perpetua totalmente injusta e irracional a la que se somete a la mujer y ante la que no caben medias tintas.

El primer ámbito de actuación para hacer frente a la violencia machista es, sin lugar a dudas, el de la educación. En este campo, los ayuntamientos tienen mucho que decir mediante acciones específicas que van desde la escuela hasta el centro sociocultural de mayores. Hechos tan lamentables como el asesinato que recientemente ha tenido lugar en Vitoria-Gasteiz nos recuerdan que la sensibilización ciudadana tiene un valor fundamental entre las medidas de prevención. Un violento pierde cualquier punto de apoyo en una sociedad firmemente comprometida con la no violencia. Por ello, la formación permanente en valores es clave para fomentar un compromiso personal y colectivo de lucha contra los crímenes machistas. Aquí los hombres tenemos que implicarnos en primera persona y con decisión, sin ceder un ápice de responsabilidad.

Evidentemente, existen más ámbitos de actuación frente a los asesinatos machistas. Las políticas en materia de justicia, seguridad, asistencia social y desarrollo económico siguen presentando importantes lagunas pese al importante esfuerzo que se ha desarrollado en los últimos años. En muchos casos, una mayor coordinación entra las instituciones también puede ser el mejor recurso frente a la violencia machista.

En cualquier caso, insisto: la educación es la semilla de lo mejor y lo peor que puede dar de sí nuestra sociedad. Con ella, siempre tendremos una ayuda de incalculable valor para evitar los asesinatos machistas.