Hola, mi nombre es Guillermo y soy un deportista ciego que también se está formando como trabajador social. El problema visual me lo detectaron cuando tenía 3 años, porque hasta esa edad no se sabe bien lo que ve un bebé. Cuando me lo detectaron, uno de los sueños de mi padre era hacer deporte conmigo, y comenzó a informarse en la ONCE; fue así como descubrió el Club Bukaneros Solidarios, un club de alpinismo y actividades en montaña especializados en ciegos. Se apuntó a una salida, se enamoró del buen rollo que tienen el club y descubrió un nuevo mundo. Comenzó a ejercer como guía en este grupo, y así fue como yo me aficioné a la montaña y posteriormente a la escalada.

Pese a que probé otro tipo de deportes, la escalada siempre ha sido lo que más me ha llenado. Empecé a entrenar con un grupo de mi misma edad y, aunque tuviese discapacidad, fueron super inclusivos. Y creo que es algo que se debería potenciar más. Porque cuando estoy con ellos no soy la persona que tiene discapacidad, soy uno más del equipo, solo soy una persona que escala y disfruta de este deporte.

Empecé a competir con 16 años porque era la edad mínima para competir en España en la escalada. Hace un año y pico empecé las competiciones internacionales, llegando a conseguir resultados como plata en la primera Copa del mundo de paraescalada de este año. Y así intento compaginarlo con el trabajo social, que es la profesión en la que me gustaría ejercer, dado que también, es la experiencia que yo realmente viví, como a través del deporte me incluían sin que la discapacidad pesara más que lo que realmente yo era capaz de hacer.

Yo tengo la suerte de compaginarlo con esquiar, con el surf, con otros deportes que me gustan; y es por ello, que me gustaría que otras personas con discapacidades varias se animasen a practicar estos deportes. Los límites verdaderos nos los ponemos nosotros, y adaptando las cosas, podemos llegar a hacer lo que nos propongamos.

Nosotros, no escalamos para superarnos, lo hacemos porque es nuestra pasión, y yo he tenido la suerte de que se me ha integrado siempre como a uno más. En el grupo en el que empecé de escalada, yo era el único chico con discapacidad, y a lo largo del tiempo, hemos conseguido un grupo maravilloso, donde yo no soy una persona con discapacidad para mis amigos, sino que soy uno más, igual de capaz que ellos. Esto, es lo que se debería conseguir a nivel social, lograr una integración plena de las personas con discapacidad en la sociedad, pues en el fondo, todos tenemos nuestras “capacidades y nuestras discapacidades”. La sociedad en sí tiende a la sobreprotección. Por eso es super importante la inclusión en grupos tan diversos. Cuando yo llego a un grupo de escalada, y pueden adaptar las cosas para poder participar, dejo de tener discapacidad, empiezo a tener una nueva capacidad. No infravaloran que yo no vea. Por eso me gustaría preguntarle al Congreso de los Diputados, ¿por qué no se destinan más recursos en la inclusión REAL de todo tipo de realidades que vivimos?

El mayor problema que tiene la sociedad en general, es el desconocimiento de que las personas con discapacidad queremos, podemos y debemos llevar vidas autónomas e independientes, por eso creo que debemos mejorar la accesibilidad en general, para que todos podamos ser independientes, porque, aunque uno no tenga discapacidad, nunca sabe si en el futuro le va a tocar a él o a alguien de su familia.

Por eso, me gustaría que se destinaran más recursos en la inclusión REAL, enseñar a la sociedad a poder dar adaptabilidad, y que entiendan que somos capaces de todo lo que nos propongamos. Con tu ayuda podremos llegar más lejos, por eso te pido que te unas a esta iniciativa a través de tu firma. La mayor discapacidad que puede tener una persona no es la ceguera o la parálisis cerebral, si no que la mayor discapacidad que puede tener una persona es la ignorancia y la indiferencia.