Lo he dicho muchas veces. Esto no es una cuestión de afinidades personales, sino de proyectos. De qué políticas proponemos cada uno y qué disposición tenemos para acordar con el otro medidas que sean beneficiosas para la ciudadanía vasca.

Lo hemos demostrado esta legislatura. Después de echar atrás los primeros Presupuestos de Urkullu (que contemplaban unos recortes sociales de 1.500 millones de euros), suscribimos un acuerdo de estabilidad con el PNV que, además de la defensa de los servicios sociales, incluía una reforma fiscal (para poder dotarnos de más recursos, precisamente, para hacer frente a la crisis) e impulsar planes de empleo.

Acordamos con el PNV, sí. Y extendimos después ese acuerdo a las tres Diputaciones y las capitales de este país. Pero también hemos sabido acordar con la oposición cuando hemos entendido que era necesario para Euskadi, aunque el PNV estuviese en contra. Y la Ley de Vivienda y la ley antifracking son dos buenos ejemplos de ello.

¿Qué haremos a partir del 25 de septiembre? Pues, de nuevo, atender a las necesidades de la ciudadanía vasca, en función de nuestros proyectos y de nuestros principios.

Buscar acuerdos para impulsar medidas que ayuden al crecimiento económico, poner en marcha planes de empleo para los colectivos más desfavorecidos (jóvenes, mujeres y mayores en paro), trabajar en las comarcas más golpeadas por la crisis, invertir en conocimiento e I+D+i, impulsar la modernización de nuestros servicios públicos…

Quien quiera profundizar en esta línea, encontrará a los Socialistas.

Quien, por el contrario, ponga el foco en el derecho de autodeterminación (como, en función del viento, hacen PNV, Bildu o Podemos) y quiera arrastrar a Euskadi por un camino de división e inestabilidad similar al de Cataluña, desde luego, nos tendrá enfrente.

Valoro mucho a todos los candidatos y candidatas y sé lo difícil qué es ponerse al frente de un proyecto político para liderar Euskadi. Pero lo importante, como digo, no son las simpatías, sino los proyectos que defendemos cada uno. Y si estos proyectos son de igualdad y modernización o de división y retroceso.

Un saludo.