Kaixo Mikel

Mucho se ha dicho sobre los resultados del último Euskobarometro, desde  que estaba “cocinado”,  a que las empresas energéticas que patrocinan dicho estudio son las responsables de los resultados obtenidos... La verdad es que si volviese a lo que ya se ha dicho creo que no sería fiel a la utilidad que se quiere dar a esta herramienta.

EH BILDU nació tras un proceso de acumulación de fuerzas soberanistas y de izquierdas con el objetivo de ser hegemónico y favorecer con ello una trasformación política y social. El proceso ha tenido muy buenos resultados en lo electoral e incluso todas las encuestas habían sido muy positivas hasta ahora. Nunca hice mucho caso de las encuestas cuando fueron positivas, ahora quizá sí debiera y debiéramos hacerlo. 
Desde EH BILDU afrontamos, en mí opinión, el reto más importante al que nos hemos visto abocados y no hablo de los próximos comicios electorales o de Podemos, hablo de consolidar en algunos casos y de recuperar en otros, algunos sectores del movimiento popular que siempre han sido aliados y compañeros en nuestras vindicaciones.

Me gusta poner ejemplos de otras formaciones políticas en Europa que tras coaligarse obtuvieron muy buenos resultados electorales pero que posteriormente y por falta de apoyo social y popular han venido cosechando fracasos. La razón es que perdieron  lo más importante que puede tener una organización que se hace llamar de izquierda trasformadora,  no hablo de perder el  contacto con la base social (militantes) sino de perderlo con el espacio ideológico (simpatizantes, votantes, sindicatos, luchas sociales, etc). Aquellos que creemos sinceramente que la batalla política es una permanente confrontación de intereses entre unas élites y la ciudadanía no podemos ni debiéramos olvidarnos que nuestro sustrato, nuestra razón de ser, es la de conformar un frente popular amplio que permita y sustente la trasformación política y social. Nuestro objetivo no puede ser únicamente electoral, nuestro objetivo es mucho más ambicioso y por ello debemos acompañar y trabajar conjuntamente con la ciudadanía con el fin no solo de generar nuevas mayorías políticas sino pensamiento hegemónico.

Por todo ello es necesaria la autocrítica, pero no por una cuestión de estimación de voto sino por las sensaciones que se extraían de dicho Euskobarometro. Quizá y eso es lo más preocupante a mi entender, pese a haber puesto en marcha iniciativas muy interesantes y acertadas allí donde gobernamos o en las instituciones en las que estamos, en todo este tiempo no hemos sabido articular un discurso o una política institucional o de participación ciudadana que nos haya hecho participar con la ciudadanía en aquellos temas que se han convertido en prioritarios mientras que otros, como Podemos, sí lo han sabido hacer a través de su discurso y de la difusión social a través de los medios de desinformación masiva.

La autocrítica que me planteo debiera pasar por volver a generar un foro de trabajo abierto con el movimiento popular, para conjuntamente preguntarnos cuales son las razones de haber perdido en cierta medida el pulso de la calle  y los porqués de que aunque hayamos realizado iniciativas políticas con la ciudadanía allá  donde estamos gobernando, en donde se está realizando realmente un trabajo excepcional, la ciudadanía sin embargo alberga objetivos y ambiciones  políticas diferentes. Ese es nuestro mayor reto ahora.

Este es en definitiva mi análisis del último Euskaobarometro, debemos abrir un proceso interno absolutamente abierto que sirva no solo para el debate, sino para fortalecer y rehacer todos aquellos puentes que hayan podido verse “dañados” durante estos años, dotándonos así de una estructura política no solo más eficiente en las Insituciones sino con un arraigo social que impulse la trasformación política y económica que nos merecemos para hacer de Euskal Herria un País libre y socialista. En definitiva hay que crear poder popular, hay que crear alternativas y lo más importante, hay que asumir el riesgo de ser hegemónicos para cambiar absolutamente todo y eso solo lo podemos hacer recuperando la fuerza que hayamos podido perderpor el camino, en caso de que sea así, y ganando a aquellos sectores sociales que aspiran al cambio.