Quirze, es una de nuestras pequeñas alegrías de casi 8 años. Un apasionado del futbol, su deporte favorito, y al que le encanta hacer todo tipo de actividades tanto en el colegio como fuera de el en extraescolares.

Sin saber aún el por qué, nuestro hijo no puede caminar y no tiene toda la fuerza necesaria en los brazos como para poder mover una silla de ruedas convencional, por eso, hace uso de una silla eléctrica que le da mayor libertad de movimiento. Sin embargo, hay determinadas tareas que no puede realizar solo, y para las que necesita ayuda, como ir al baño, lavarse las manos, o poder cortar la comida.

En su colegio, cuenta con unas horas de atención personalizada para llevarlas a cabo, pero ¿fuera del centro escolar? Es por ello que lanzo esta petición, para que los profesionales que realizan actividades con menores, tengan una mínima formación sobre las ayudas que puede necesitar un niño con movilidad reducida, ya sea porque convive con ella, o por una lesión temporal, como la de un posible esguince. Independientemente del motivo, si el espacio cuenta por normativa con un aseo adaptado para facilitar el acceso a la falta de movilidad, es necesario que esa adaptación, vaya con el conocimiento de que el usuario puede necesitar ayuda de otra persona para hacer uso de él. 

Al final, son pequeñas cosas muy puntuales como sacar los libros de la mochila, pero algunas, necesitan ser atendidas bajo la empatía y la psicología por ser más íntimas.

Nuestro hijo va camino de la adolescencia, y él, es el primero al que no le gusta interrumpir la clase o una actividad para pedir ir al baño, porque aunque pueda moverse a su antojo con la silla eléctrica (teniendo en consideración la amplitud de los espacios) deben cogerle y ayudarle con los pantalones para hacer uso del váter, una situación que no deja de ser íntima e incómoda para él, más, si o mantiene un vínculo de confianza con el acompañante. De ahí la importancia de ser consciente que estas realidades existen con discapacidad.

Para nosotros, como padres, sería muy sencillo que esta situación se normalizase. Que no tengamos que pensar dos veces si apuntarle a una extraescolar para no tener que explicar que necesita un poco de atención personal por ir en silla de ruedas, o que te miren como a un bicho cuando se lo estás contando. 

Al final, solo vas a sitios donde le conocen, y aunque en la mayoría existe muy buena voluntad para ayudarle, tienen que aceptarlo, y que Quirze se sienta cómodo con la persona que le pueda ayudar. 

Si estamos consiguiendo romper los estereotipos de la movilidad reducida, en ámbitos como el deporte, con ligas y torneos de desarrollo de powerchair (partidos de fútbol en silla de ruedas) hagamos que esa visibilidad sea posible en aspectos tan básicos como el de necesitar ayuda para ir al baño a orinar. 

Para que actos tan esenciales como este, se vean con normalidad, ¿me ayudas a que esta petición sea escuchada y adquiera la relevancia que necesita con tú apoyo y difusión? Gracias