El ciberacoso, especialmente el sexual, es una realidad que vivimos muchas mujeres, niñas y adolescentes a diario. ¿Qué están haciendo para proteger y respaldar a las posibles víctimas, sobre todo a las más jóvenes?
Me llamo Irene, soy de Tarragona y soy muy activa en redes sociales. Entre otras cosas, tengo un canal de YouTube que se llama Las cosas de Iri, donde comparto contenido sobre música, maquillaje, DIY, viajes, entre otros. También trabajo en marketing, por lo que tengo aún más interés en las redes sociales.
Soy consciente de que, estando más expuesta en internet, es más fácil recibir comentarios y mensajes de todo tipo, tanto positivos como negativos. Sumado al hecho de ser mujer, las probabilidades de ser acosada, sobre todo sexualmente, aumentan todavía más.
Me he encontrado con situaciones de todo tipo, desde un hombre que me ha hablado amablemente y la conversación ha escalado de forma repentina, hasta otro que se estaba masturbando mientras hablaba conmigo por teléfono, por no hablar de las clásicas fotos de penes, sin pedir permiso ni avisar.
La verdad es que a mí todo esto no me afecta. De hecho, me río de la situación y a veces comparto las conversaciones para avergonzar al acosador, y luego lo bloqueo. Pero evidentemente, puedo entender que a una adolescente o una niña pueda afectarle y se sienta asustada, bloqueada o incluso culpable.
Por eso creo que es importante dar las herramientas necesarias a las niñas y adolescentes para que sepan cómo actuar ante situaciones de ciberacoso. No es una cuestión de alarmar ni asustar, sino de concienciar sobre la realidad que, lamentablemente, vivimos las mujeres y niñas, no solo en el mundo virtual, sino también en la calle.
También necesitan una protección y un acompañamiento, por lo que el respaldo de la justicia es otro pilar importante. De hecho, yo intenté poner una denuncia por ciberacoso, ya que una persona me acosó por diferentes redes sociales, pero finalmente no pude denunciar porque, desde el punto de vista penal, no cumplía con los requisitos para considerarse ciberacoso: podía bloquearla, no era de forma diaria y no vivía cerca de mí.
Por supuesto, también es imprescindible educar a los niños para que deje de haber este acoso. Por un lado, deben aprender a respetar a las mujeres y, por otro lado, aprender a hacer un uso responsable de las redes sociales.