Me llamo Isabel y tengo un niño de 10 años con TEA grado 1. Noté cosas desde pequeño, tengo otra hija mayor y sobrinos de la misma edad, el desarrollo no era el mismo. Hasta los 6 años, no lograba que durmiera de noche, podía despertarse 15 veces sin exagerar. Lo llevaba al pediatra a las citas rutinarias, pero era imposible; en consulta no se estaba quieto, y nada más tumbarlo en la camilla, ya se ponía a llorar, pero la pediatra decía que como estaba sano, todo iba bien.

Nunca jugaba con muñecos, se limitaba a ordenar los juguetes, colocar los coches en fila etc. tampoco tenía ninguna autonomía, y debido a ello, me decían que sería un retraso madurativo porque llevaba un desarrollo más lento que los demás niños. Llegamos a llevarlo al pediatra por lo privado y nos decían más de lo mismo. Con 7 años, ya había cosas muy evidentes, como sus constantes repeticiones y ecolalias, pero tuve que informarme por mi cuenta para ver estas evidencias. Fue entonces cuando hablando con diversos conocidos, me dijeron que lo llevara nuevamente el médico, lo derivaron a neuropediatría en Granada, de ahí a salud mental en Jaén y ya estaba claro. No obtuvimos el diagnóstico hasta los 8 años.

Esta tardanza en el diagnóstico es lo peor, aparte de que ya no tienes acceso a atención temprana, nadie te explica nada, te dicen lo que tiene y ya está, sin comentarte a qué ayudas puedes optar ni nada. Cabe destacar que, como es muy sociable, en el colegio tampoco le daban importancia, le costaba acatar las normas, pero no relacionarse con los demás.

Tramitamos la dependencia y la discapacidad, tiene la minusvalía reconocida, pero aún no hemos cobrado nada, en nuestra comunidad pueden demorarse estos procesos hasta casi dos años. Si tienes el dinero puedes llevarlo a las terapias necesarias, en el caso contrario, no puedes hacer nada.

Necesitamos visibilidad, que los profesionales de los centros sanitarios estén especializados en Autismo para poder detectar los casos, cuanto más se tarde en detectar el Autismo, con menor anterioridad puedes empezar el largo proceso de solicitar ayudas y recibir terapias. Me gustaría recalcar que, además, en el caso del TEA en grado 1, al ser menos evidente, se detecta mucho peor, tenemos las conductas muy estereotipadas y no debería ser así. No es normal haber recibido un diagnóstico con 8 años cuando ya veíamos cosas mucho antes.