Pregunta para Congreso de los diputados
Tengo una discapacidad y soy transexual ¡Necesitamos que aumente la investigación en enfermedades invisibles y que se generen políticas públicas para la inclusión social!
Madrid, España. Mi nombre es Izan, tengo 27 años, soy transexual y vivo en una fundación para personas sin hogar. Además, tengo disautonomía del sistema nervioso autónomo y neuropatía del sistema nervioso simpático, lo que a su vez me provocó otras patologías, como depresión y ansiedad.
La disautonomía es una enfermedad rara e invisible, y que carece de información en España, la mayoría de los médicos con los que trato no saben nada acerca de ella y mucho menos saben cómo nos afecta. Por eso, es primordial que se implemente la investigación de la misma y poder transmitir ese conocimiento al personal sanitario, así obtener diagnósticos más rápidos; el mío lo obtuve después de un año, pero pueden tardar más o incluso nunca conseguirlo. También, son necesarios sitios y asociaciones especializadas que nos faciliten el día a día a las personas en mi situación; sitios donde se nos brinde formación, se nos guíe, apoye y acompañe.
Las personas que somos discapacitados y perteneces al colectivo LGBTIQ+ vivimos en estado de vulnerabilidad latente. Teniendo en cuenta que convivimos en una sociedad discriminatoria y transfobia. Por eso es necesario una Ley Trans estatal que, por ejemplo, permita a las personas trans* con discapacidad recibir de los poderes públicos una protección y atención integral para la promoción de nuestra autonomía personal, dando así protección y valor a nuestros derechos humanos.
Para tal fin se necesitan, primero, políticas públicas para llamar a la concienciación social sobre las enfermedades invisibles, ya que al no notarse a simple vista la gente piensa que mentimos. Segundo, se requiere una mejora en la vía pública y en los transportes públicos para las personas con discapacidad, hay días que yo tengo que usar silla de ruedas o muletas -cuando tengo brotes porque se me dificulta caminar- y encuentro obstáculos en las calles y veredas , hay baches, excremento de perros y poca accesibilidad. No hay suficientes rampas y ascensores . Falta adaptación en la sociedad y en la ciudad.
Necesitamos que se considere a la disautonomía como una discapacidad real. A mi me la dieron por ser una persona en riesgo de exclusión social. Son pocos los puntos que brindan los tribunales médicos de Madrid por enfermedades invisibles.
Necesitamos inclusión social y que se investigue para obtener mayor información sobre dicha enfermedad.
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