En los humanos produce migrañas, perdida de sueño y nerviosismo. Por no hablar de los incendios y daños materiales, así como del lanzamiento de petardos cerca de carreteras con el consiguiente peligro para la circulación. Además, la frecuencia y cantidad de lanzamientos  va en aumento año tras año como se puede comprobar con la apertura de establecimientos de venta de artificios pirotécnicos en Bilbao. 

De inmediato y de forma efectiva debe prohibirse la venta, distribución y lanzamiento de elementos pirotécnicos que solo provocan el sufrimiento de personas y animales. O en su defecto, una legislación seria y efectiva al respecto.