Pregunta para Cortes de Aragón

Soy Juliana y estoy luchando contra un TCA desde los 14 años ¿Cuándo habrá en las escuelas campañas de prevención, control y educación, involucrando a las familias para que no tengamos que pasar por esto solas?

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Mi nombre es Juliana, tengo 24 años y sufro Anorexia nerviosa restrictiva desde los 14. Aunque soy colombiana, vivo en Graus, provincia de Huesca, desde hace 4 años. Cuando llegué a España me di cuenta de que aquí tampoco se le da a la enfermedad la importancia que merece a la hora de prevenirla. Veo a muchas niñas que siguen cayendo en trastornos alimenticios porque no se muestra ni se previene de esta realidad desde la educación ni en las familias. 

Aunque muchos así lo crean, este problema no radica solo en no querer ingerir comida, hay un trasfondo detrás, se presentan problemas en las familias, baja autoestima, problemas de bullying en el colegio, acoso sexual… Hay muchas condiciones que te hacen caer en estas circunstancias. 

En mi caso, el acoso que recibí en el colegio influenció mucho en mi enfermedad. Llegó un momento en el que yo quería tener una apariencia para agradar a los demás. Yo no me sentía gorda pero los demás remarcaban que había engordado continuamente. Hubo un comentario de un familiar que fue el detonante para caer en la Anorexia, me dijo: “No te comas eso que te vas a engordar más de lo que ya estás”, entonces empecé a restringir los alimentos, a esconder la comida en la habitación y llegar al punto de tener acciones purgativas para no querer engordar. Ya no era yo, me convertí en otra persona, me perdí en mis pensamientos negativos, y mi mente cambio tanto física como mental; solo quería complacer a las personas que estaban a mi alrededor. 

El acoso sexual fue otro de los detonantes clave. Un compañero quiso sobrepasarse conmigo y eso distorsionó la imagen tenía de mí misma, me llenó de inseguridades, el miedo se apoderó de mí, efectivamente mi vida había dado un giro rotundo y caí en el infierno de esta enfermedad. Ya no quería ser yo, y con esto empezaron las autolesiones, la depresión, intentos de suicidio, me aislé de mi grupo de amigos de mi familia y de mí misma… Nadie merece pasar por esto.

Llegué a tener un índice de masa corporal de 14 IMC, estaba entre la vida o la muerte. Gracias a mi padre pude venir a España a tratarme, pero cuando llegué vi que había muy pocos recursos públicos. Hay muchas listas de espera para recibir tratamiento, niñas y mujeres y hombres entre los 11 y 20 años tienen que esperar casi 2 años para obtener atención de especialistas. En Zaragoza, por ejemplo, solo hay un hospital que trata problemas relacionados con los trastornos de la conducta alimentaria. Cabe añadir que esta enfermedad mental puede desencadenar otros problemas de personalidad como son los TLP, TLC: trastorno límite de la personalidad y trastorno límite del comportamiento, es como un conjunto de problemas que se presentan en la vida sin ni siquiera querer estar ahí.

Si no hay una buena comunicación desde pequeños con nuestros padres, amigos y maestros o una buena sensibilización o un buen psicólogo es muy difícil salir adelante. La salud mental es el problema del siglo XXI, lo hemos visto durante la pandemia, los casos de anorexia se han incrementado enormemente y uno de los motivos principales ha sido la digitalización, estamos constantemente pegados al móvil mirando las redes sociales que muestran una falsa realidad que nos hace compararnos con otras personas, con otros cuerpos y llega un momento en el que nada es suficiente, por mucho que bajes de peso nunca estás satisfecha. Hay que educar en esto, mostrar que los cánones de belleza no son reales. 

¿Dónde está el Gobierno de Aragón poniendo en las escuelas alguna alternativa para que los niños, niñas y adolescentes sepan algo sobre este tema? En una sociedad consumistas, en una sociedad que nos quiere vender todo por los ojos sin importarle las consecuencias que esto pueda traer a nuestras vidas. Esa sociedad que nos dicen que las chicas lindas deben ser delgadas, es necesario tomar medidas para sobrellevar este problema. No se puede pasar por alto un problema como este. ¿Acaso nos estamos matando entre nosotros mismos? 

Siempre habrá una salida para todo, y el querer salir de una enfermedad como ésta vale oro, así que invito a el gobierno, a invertir en salud pública, invito a las empresas a fomentar un hábito real de la imagen corporal y también invito a cada uno de vosotros a dar visibilidad a este problema que cada día crece sin parar.

 

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