Mi nombre es Jorge Luis Pinto, soy Director Social de la Fundación Vuya, un equipo que ha estado en diferentes lugares el país, así como en universidades, empresas y colegios, realizando talleres de conciencia ecológica y social, e inteligencia emocional, dentro de lo que nosotros llamamos educación del ser. Actualmente realizamos kits escolares ecológicos, que incluyen cuadernos, lápices y colores, a base de materiales reutilizados como el papel periódico, las cajas de cereales, entre otros. Tenemos un objetivo a futuro, este es realizar cartucheras y maletas, re utilizando las vallas publicitarias que a menudo son desechadas. Estos kits escolares ecológicos, los donaremos a diferentes comunidades y niños en tantas zonas del país como sea posible, mediante nuestros grupos de voluntarios. 

¿Por qué buscamos generar conciencia ambiental y fortalecer las emociones de niños y adultos? Esto lo hacemos debido a que valoramos la importancia que tiene la psicología en la vida de las personas, ayudándolas a llevar mejor su día a día, tomando mejores decisiones y aprendiendo a manejar sus emociones. En Vuya, realizamos talleres con diferentes entidades privadas como empresas e instituciones y por cada taller que realizamos en una empresa, donamos una réplica del mismo taller a una comunidad vulnerable que lo necesita. 

Hemos visto la necesidad de contribuir con la educación más allá de las matemáticas o las ciencias, porque antes que técnicos o profesionales, somos seres humanos y cada uno de nosotros tiene una capacidad especial que al ser potencializada, podría impactar el mundo de una manera positiva. Del mismo modo, al estar en otras zonas del país e incluso en Bogotá, hemos visto que no basta con realizar una actividad o promover una idea comunitaria, si esta no se transforma en un proceso que permita que la comunidad se apropie del cuidado de su entorno y del manejo de sus emociones. Un ejemplo serían las iniciativas institucionales que invitan a las comunidades a pintar un mural, que en algunos casos se quedan cortas y no transcienden a generar un impacto en el medio urbano, ni tienen un significado social o comunitario que implique cambios que transformen la realidad que afecta a las comunidades. 

Por ello, esta campaña la hacemos para resaltar aquello que hemos podido aprender con nuestra experiencia, y es apostar por una educación que involucre tanto lo ecológico como lo psicológico. La ecología debe formar parte de los sistemas educativos porque en el país los entornos se han convertido en basureros, por falta de la educación ambiental y presupuesto para los proyectos con jóvenes que, aunque tienen mucha iniciativa, en casos como el nuestro, donde los involucramos en nuestras actividades, existen límites económicos debido a los recursos con los que contamos. Por otro lado, si la salud mental y la psicología son tan importantes como la medicina, debemos apostarle ha generar más capacitaciones y ayudas a todo el pueblo y por eso nos preguntamos: ¿por qué no implementar el rural para los estudiantes de último semestre de psicología, así como lo tienen los médicos?

Agradecemos a los lectores por el interés y el apoyo para esta campaña, necesitamos 350 firmas en la web de Osoigo, para obtener respuestas desde el Congreso de la República. Actualmente, estamos haciendo convocatoria para nuestras actividades navideñas, así que pueden enterarse de cómo participar a través de nuestro perfil de Instagram: @fundacionvuya o en nuestra página web: www.fundacionvuya.com