No es un problema sólo de Andalucía. En mi opinión es un tema en el que influyen muchos factores. Pero yo lo centraría en tres aspectos importantes: el rechazo social que provoquen estas conductas, la prevención por parte de la Administración Tributaria y la sanción legal a las prácticas de fraude. Un programa de concienciación social a través de los colegios (para los más jóvenes) y medios de comunicación (para los mayores) sería eficaz para una reprobación social de estas prácticas. Unos medios adecuados por parte de la Administración Tributaria podría evitar que se dieran esas prácticas. Y una vez que se producen y se detectan deben tener un castigo ejemplar que "desincentive" el fraude.

Las decisiones económicas de los individuos se toman basándose en el principio del coste y el beneficio. En el caso del pago de impuestos, hay un modelo como el español que supone unos impuestos altísimos (hasta un 56%) para quien declara y un coste muy bajo en caso de incumplimiento (una sanción administrativa o delito fiscal en caso de grandes cantidades defraudadas). Esto significa un beneficio muy alto si no declaro (me ahorro mucho impuesto) y un coste bajo (si me "pillan" pago la multa). En el modelo de Estados Unidos se pagan unos impuestos razonables (bajos comparados con España) pero quien no paga va a la cárcel. Esto hace que el beneficio para el defraudador sea bajo (se ahorra poco impuesto), pero el coste de defaraudar es muy alto. El resultado es que en España hay una economía sumergida de las más altas del mundo y en Estados Unidos no. Esta situación provoca además que en España los tipos impositivos sean muy altos (para compensar al que no paga), y en EE.UU. donde el pago de impuestos es “sagrado”, pueden ser más bajos los impuestos porqu todos pagan.

En definitiva habría que ir a un modelo en el que no sea "rentable defraudar". Ir a un modelo en el que todos paguemos menos impuestos pero el que no pague impuestos, lo "pague" caro.