Nuestra Constitución del 78 ha establecido un Estado descentralizado en distintos niveles competenciales.Hoy, España es el país más descentralizado del mundo, por encima de los paises federales. Un Estado moderno y próspero necesita servicios públicos de calidad y de gestión eficiente. El Presidente del Gobierno ha acometido un proceso de racionalización del sector público español desde que llegó al gobierno. Sí es verdad que la falta de desarrollo constitucional del Título VIII de la Constitución ha llevado durante todos estos años a provocar ineficiencias en la gestión pública que hay que abordar. Y deben ser abordadas con el mayor consenso posible por tratarse de la arquitectura de nuestro Estado. Rajoy ha solicitado ese consenso sobre la base de "una Administración, una competencia", aunque es verdad que existe mucha resistencia política a "perder" competencias aunque se demuestre que otra Administración puede gestionarla mejor. Si cada Administración gestiona las competencias en las que es más eficiente, el sector público en su conjunto será eficiente. Eso supone eliminar las duplicidades, evitar que varias Administraciones tengan las mismas competencias, evitar que se derroche dinero haciendo doblemente las cosas por varias Administraciones a la vez.

En la próxima legislatura debería darse un gran pacto para diseñar de forma eficiente esa "arquitectura del Estado", quién hace qué, sobre la base de garantizar nuestro Estado de Bienestar y emplear el menor dinero posible para prestar todos los servicios públicos necesarios. Hacer todo lo necesario con menos dinero. Habrá servicios públicos que deban ser provistos de forma centralizada, otros a través de las CC.AA. y otros a nivel local. Repito, si cada Administración asume la prestación de los servicios públicos en los que sea más eficiente (y sólo esos), el Estado en su conjunto será más eficiente y nos costará menos dinero a todos los españoles.