Mi nombre es Luippi y tengo discapacidad a consecuencia de una lesión medular provocada por Espina Bífida. La finalidad de este texto es buscar una solución entre todos para favorecer la inclusión e integración del colectivo de personas con movilidad reducida, y seguir creando conciencia porque todos merecemos disfrutar sin preocupaciones y sin límites

Aunque desde mi nacimiento ya contábamos con que tenía Espina Bífida, con 12 años fue realmente cuando comencé a luchar de una manera permanente. Pasé de tener una vida completamente normal a ir descubriendo pequeños síntomas. De repente, una mañana cuando me levanté para ir al cole, me di cuenta de que tenía el pie totalmente tumbado, lo que no sabía es que esto solo era el comienzo de una gran lucha.

Hace más de dos años, se me ocurrió publicar un vídeo en el que contaba experiencias reales que he sufrido, una recopilación de vídeos grabados en situaciones desafortunadas que pasan diariamente y no solo a mi, si no a todas las personas con movilidad reducida, es decir, gran porcentaje de la población.

La situación que me incitó a hacer este proyecto fue la siguiente: 

Mis amigos y yo fuimos a aparcar y nos encontramos con que las plazas que había reservadas estaban todas ocupadas por coches sin tarjeta y además una de ellas estaba ocupada por un coche de vigilancia del centro comercial.

Fuimos a hablar con los vigilantes y estos le dijeron que ellos no podían hacer nada, que si teníamos algún problema que llamara a la policía local. Aún así le dijimos que por favor retirasen el coche de seguridad de la plaza a lo que nos respondieron que no de malas maneras.

Llamamos a la policía local y esta nos dijo que al ser un centro semiprivado los que tenían que actuar eran los del centro, con lo cual nadie nos ayudó.

Esto se ha repetido en numerosas ocasiones y en diferentes localizaciones, donde nadie nos puede ayudar.

No podemos estar llamando constantemente a la policía cuando es un deber respetar nuestra plaza de aparcamiento. Hago un llamamiento para que esta situación esté regulada por los vigilantes de los establecimientos y por los policías locales.

Es cierto que la accesibilidad va mejorando a pequeños pasitos, pero aún queda mucho que trabajar y modificar. Las normas hay que pensarlas junto a personas que las necesitan porque ya que se hacen las cosas que se hagan bien; por ejemplo en las salas de cines suelen estar adaptadas dejando un hueco en la zona de abajo, tan abajo que hay que dejarse el cuello, y la gran mayoría por la situación en la que viven ya padecen dolores lumbares, cervicales.

Lo ideal sería acceder mediante rampas o montacargas al menos un poco más arriba, ya he visto un cine que así lo tiene y ojalá todos así.. eso para los usuarios de silla de ruedas, pero para los que tienen dificultades para andar lo ideal sería poner un pasamanos aunque sea en un extremo, así de simple. 

Además de mejorar la accesibilidad en los lugares públicos y privados, el control de los aparcamientos es algo que se debe llevar a cabo. No sirve de nada que se considere adaptado si nos seguimos encontrando en las mismas, por ello necesitamos sentirnos resguardados cuando se den estas situaciones tanto por las administraciones públicas como por las personas que gestionan los espacios.