Pregunta para Asamblea de Madrid

Soy Josué y durante toda mi infancia y juventud sufrí acoso escolar. ¿Están intentando ponerle freno de alguna manera al acoso escolar?¿Por qué no le dan prioridad a este tema en su agenda política?

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Josué FV Pregunta de Josué FV

Hola, me llamo Josué, soy de Zaragoza y durante toda mi infancia y juventud fui víctima de acoso escolar. A día de hoy sigo sufriendo las secuelas. Escribo esta campaña para ayudar a niños que estén pasando por lo mismo que yo pasé hace más de 20 años, para que sepan que no están solos y que con ayuda se puede superar. 

En mi caso, el acoso diario empezó en el colegio, por parte de mis compañeros y de mi tutora de aquel entonces. Sufría continuas humillaciones y cuando tenía 5 años mi madre se enteró de que tenía problemas en el colegio gracias a la madre de un compañero. Empecé a llegar a casa con marcas en el cuerpo. Toda la educación primaria fue así y una vez pasé al instituto la pesadilla no se acabó. Los acosadores que lo eran en el colegio seguían siéndolo en el instituto. 

En la ESO hice un único amigo, a quien también pegaban e insultaban diariamente. Ambos nos apoyamos en todo, pero en el entorno escolar solo nos teníamos el uno al otro. Como yo siempre digo existen tres tipos de personas: los acosadores, los acosados y los que miran hacia otro lado y no hacen nada para remediarlo. En este tercer grupo incluyo a los profesores también, pues la mayor parte de las agresiones se producían frente a sus ojos y no parecía importarles. 

A parte de insultos, que son el primer eslabón del acoso escolar, me pegaban palizas, me colgaban de la ventana y me robaban casi todos los días cosas de la mochila. Era un infierno para mí. Tuve un episodio, que nunca me atrevía a contar, pero que fue el cúlmen del acoso que sufrí y que, a día de hoy, me cuesta verbalizar: a los 12 años sufrí una violación por parte de dos niños de mi instituto, fui a juicio y aun así la justicia me dio la espalda fallando a favor de ellos.  Todo esto me llevó a estar en tratamiento psicológico, ya que mi mente tenía vacíos que había preferido olvidar y no era capaz de contar todas las formas de acoso que viví. Hoy por hoy, puedo y por eso quiero dar voz a una realidad que ha existido siempre y que sigue existiendo.

Por aquel entonces, mi pasión era estudiar, quería ser médico y pasar el tiempo entre libros era mi plan perfecto. Sin embargo, la situación era tan insostenible que cuando cumplí los 16 años me fui a trabajar y dejé mis estudios y mis sueños de lado. Gracias a la terapia y al paso del tiempo los reanudé y hoy estoy acabando mi formación como enfermero. 

A lo largo de todo este tiempo, he intentado hablar con varios políticos, quienes han ignorado mis peticiones o las han utilizado como argumento para su campaña electoral. Parece que cuando se acercan las elecciones tienen más en cuenta el tema del acoso escolar, mientras tanto, el resto del tiempo no es una prioridad dentro de su agenda. También he intentado ayudar siendo miembro de una asociación de ayuda a niños que padecen acoso. Ahí, me he dado cuenta del grave problema que existe en la actualidad con el añadido de las redes sociales y, con todo esto, me acuerdo de una anécdota que creo que define perfectamente lo que yo viví. Hace tres años, uno de los chicos que me acosaba en el instituto me localizó vía facebook “maldito facebook”, dije para mis adentros. Me envío un mensaje en el que ponía textualmente “Ostiaaaa el puto josué al que más pegábamos en el colegio”. 

Este año, después de un curso escolar diferente como consecuencia de la pandemia, son muchos los niños que, sin decir nada, van a tener pavor de volver a las aulas con normalidad. Van a ser muchos los que no quieran que el grupo burbuja se destruya, porque se volverán a juntar con los que antes les acosaban. También son muchos los niños que la semana antes de empezar el colegio en septiembre, se pongan malos, con vómitos, migrañas e incluso con fiebre porque su cuerpo se niega a que todo vuelva a empezar. Como me pasaba a mí todos los domingos durante 11 largos años.

Por todo esto estoy aquí, contando mi historia, porque me gustaría dar todo el apoyo que yo no tuve a las personas que están sufriendo acoso escolar actualmente y me gustaría hacer todo lo posible para que mi caso no se vuelva a repetir nunca más. En primer lugar, me gustaría dirigirme a los políticos de la Asamblea de Madrid para pedir que endurezcan las leyes de protección a los niños, que los acosadores no salgan impunes sean o no menores. También quiero pedirles que eduquen desde el principio a los niños con charlas en las que se condene el acoso escolar sin ningún tipo de tapujo, yo mismo he vivido censura en una de las charlas que he impartido. Y por último, quiero mandar un mensaje de ánimo y de apoyo a todos los que están pasando por el infierno del acoso escolar, quiero pedir a las familias que crean a sus hijos cuando les cuentan lo que están viviendo y que hagan todo lo posible para que esto no siga ocurriendo. 

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