Mi nombre es Juande y soy de Salobreña, un pueblecito de la costa de granada. He atravesado un cáncer de mama. Al principio me decían que el bulto sería de grasa, ya que el cáncer de mama, normalmente, no se relaciona con los hombres.  

Yo me dedicaba a la cocina y trabajaba mucho. De hecho, en esa época estaba trabajando en un restaurante con estrella Michelin en Cádiz. Como llevaba un ritmo bastante frenético decidí tomarme unas vacaciones de un mes. 

Durante esas vacaciones decidí quitarme el bulto, pero era por una mera cuestión estética. A la semana de quitármelo me llamaron del hospital y me dijeron que tenía que ir, que tenían que hablar conmigo. 

 

Cuando llegué al hospital me dieron el diagnóstico: cáncer de mama. Mi primera reacción fue de incredulidad, yo creía que se habían equivocado, que era imposible que yo tuviera aquello.  A los quince días me operaron.  

Es verdad, que el primer sentimiento que tuve era de luchar, por eso siempre digo que esto para mi ha sido “una bendición”. El cáncer hace que saquemos fuerzas de dentro, yo intenté que ese diagnostico no me hundiera. 

Al mes de la operación comencé la quimio que fueron 8 sesiones. Cada vez iba acumulando más toxicidad en el cuerpo y se iba haciendo más duro, pero a mi la experiencia me hacía querer luchar más y aumentar mis ganas de seguir viviendo. La verdad es que mi visión de la vida ha cambiado. Ahora me he dado cuenta lo importante que es priorizar ciertas cosas. Me he enganchado a hacer deporte en la naturaleza, que es un chute de energía. El deporte se ha convertido en mi motor de vida, de hecho ahora trabajo en una tienda deportiva.  

Tras la quimio comencé el tratamiento de radio. Para mi fue un proceso muy lento y largo. Entiendo que ahora mismo es así, pero creo que se podría mejorar.  

Creo que es fundamental que se invierta más dinero en la investigación del cáncer de mama masculino. A pesar de que ocurre en muy pocos casos, su incidencia está aumentando, como ocurre en el cáncer de mama en la mujer. Hace falta mucha más investigación para que los tratamientos sean más específicos y los efectos secundarios sean menores.  

También falta mucha información y durante el proceso te sientes bastante perdido. No hay acompañamiento al paciente. Yo encontré una asociación que me ha apoyado con ayuda psicológica.  

Quiero aprovechar esta petición para decirle a la gente que esté pasando por esto que le ponga muchas ganas y mucha fuerza. La actitud es fundamental para la curación, porque lo hace un poco más llevadero. Es un proceso muy duro pero se puede salir. Somos superguerreros y hay que creérselo.  

Me gustaría que el Parlamento Andaluz se hiciera eco de estas peticiones.