Pregunta para Parlamento de Catalunya
En mi lucha contra el cáncer de mama tuvieron que practicarme una linfadenectomía. Ante el riesgo de padecer linfedema, ¿por qué no se incluye el servicio de fisioterapia después de esta operación de manera sistemática para garantizar la prevención?
Me llamo Judith, tengo 26 años y vivo en Catalunya. En marzo de este mismo año me diagnosticaron un cáncer de mama Her2 positivo. Las pruebas diagnósticas me las hice mediante el servicio privado y una vez tuve el diagnóstico, me derivaron a la sanidad pública. He recibido ocho sesiones de quimioterapia y el 19 de octubre me sometí a una intervención quirúrgica; me practicaron una tumorectomía. Durante la misma operación, la intención de los médicos era extraerme también el ganglio centinela (y evitar extraer el resto de ganglios para minimizar la afectación linfática). Aun así, no consiguieron hacerlo, ya que los marcajes que me hicieron tiempo atrás no coincidían.
Tuvieron que practicarme una linfadenectomía mediante la cual me extirparon 24 ganglios linfáticos. Después de operarme, había perdido la movilidad en el brazo al 80% aproximadamente. Me estuve informando y me percaté de que con la intervención quirúrgica en cuestión, las probabilidades de desarrollar un linfedema -hinchazón que causa la acumulación de líquido linfático en el cuerpo- crecen. El linfedema es una afectación que una vez se desarrolla dura toda la vida y durante el primer año después de la intervención es cuando hay más riesgo de que aparezca. Ante este contexto, justo después de la operación decidí preguntar a los médicos si me podían derivar al servicio de fisioterapia para empezar a tratarme a favor de la prevención de la afección, pero me informaron que hasta que no se presenta un síntoma relacionado con el linfedema, no se deriva al paciente al servicio en cuestión. También me proporcionaron una hoja con unos ejercicios para rehabilitar la movilidad de la zona trabajando en casa.
Decidí buscar un fisioterapeuta especializado privado que empezó a tratarme lo antes posible en pro de lo mencionado y que también se ha hecho cargo de cuidar aspectos como la cicatrización. Después de la operación, los médicos me informaron de que habían detectado que me quedaba un área residual de unos dos centímetros, así que decidieron someterme a un tratamiento preventivo para reducir el riesgo de recaída llamado Trastuzumab Emtansina (T-DM1). Me he hecho la primera sesión y estoy a la espera de ver los efectos secundarios para poder empezar con el tratamiento de radioterapia.
Considero que es poca la información que se proporciona sobre las secuelas que dejan los tratamientos y las operaciones relacionados/as con el cáncer. En mi caso, sobre el linfedema y el riesgo de padecerlo si no se trabaja la prevención, me informé por mi cuenta y tuve que actuar, también, en pro de la misma por mi parte. Creo que debería de ser imprescindible que cuando se practica este tipo de intervención quirúrgica, se derive a las pacientes a un servicio de fisioterapia que trabaje para la prevención del linfedema y para la rehabilitación de la movilidad. Es por lo presentado que me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta concreta: ¿Por qué no se incluye el servicio de fisioterapia después de someterse a una linfadenectomía de manera sistemática para garantizar la prevención de la afección?