Pregunta para Parlamento de Catalunya
Padezco cáncer de mama con metástasis en los huesos. Tengo 27 años. ¿Por qué no se apuesta para impulsar la prueba genética cuando hay antecedentes familiares con la enfermedad y para acelerar las pruebas de seguimiento de los positivos?
Me llamo Judith, tengo 27 años y vivo en Catalunya. En julio de 2020, después de la primera ola de la pandemia de la Covid-19, fui a mirarme un bultito que me percaté de que tenía en el pecho. Debido al virus, en la Seguridad Social no me daban cita hasta dentro de tres meses, así que recurrí al servicio privado. Allí, me hicieron una ecografía mamaria y me indicaron que mi dolencia se trataba de un bulto de grasa. En este momento me quité un peso de encima.
Después de seis meses, empecé a encontrarme mal. Me dolía la tripa y me mareaba. Mi Centro de Atención Primaria (CAP) de referencia estaba cerrado por aquel entonces, así que acudí a otro. Allí, me exploraron y me indicaron que no tenía nada en la tripa, pero que me recomendaban que me examinara el pecho. Al día siguiente, reabrieron mi CAP y, a partir de este momento, el proceso se aceleró.
Mi doctora me indicó que fuera al hospital y así lo hice al día siguiente. Una vez allí, me practicaron una ecografía y una mamografía y me indicaron que tenían que practicarme, también, una biopsia. Ya que me detecté un bulto nuevo en la axila, la semana siguiente me hicieron otra biopsia en esta zona. Al día siguiente me llamaron y me informaron de que me habían diagnosticado un cáncer de mama de tipología hormonal.
Me empezaron a hacer pruebas para descartar que hubiera complicaciones. Estuve poco más de un mes haciéndome pruebas y parecía que todo iba bien, pero cuando me hicieron la última, una gammagrafía, detectaron que el cáncer se había expandido por los huesos. Desde entonces, que estoy recibiendo un tratamiento para sanar los huesos. También he entrado en un ensayo clínico dónde recibo inmunoterapia y me están tratando a nivel hormonal. El objetivo que tienen los tratamientos que estoy recibiendo es que el cáncer no crezca. Según los últimos resultados, en estos momentos mi afección está reduciendo, así que el tratamiento está funcionando.
En mi familia ha habido muchos casos de personas que murieron debido al cáncer o bien que han padecido la enfermedad. Hasta que no me diagnosticaron a mí, no nos hicieron la prueba genética para detectar el gen mutante. Los resultados, que llegaron en julio de este año, indicaron que todos los miembros de mi familia son positivos menos una persona. Considero que cuando se detecta que hay personas de una misma familia que están padeciendo la enfermedad habría que acelerar la prueba del gen. El proceso de enfermedad es muy duro, pero es clave detectar el cáncer a tiempo, y con los resultados de esta prueba se fomenta la detección temprana, ya que a partir de la misma se programan, para las personas que dan positivo, revisiones rutinarias. Aun así, también considero que en el mismo sentido, estas pruebas rutinarias se tendrían que acelerar. A mi familia no se las empezarán a hacer hasta octubre.
Es por esto que me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta: ¿Por qué no se apuesta para impulsar la prueba genética cuando hay antecedentes familiares con la enfermedad y para acelerar las pruebas de seguimiento de los positivos?
También quiero resaltar la necesidad de mejorar la inversión destinada a la investigación del cáncer. El cáncer de páncreas, por ejemplo, que es el que padece la mayoría de gente en mi familia, no está nada investigado, y como este hay otros. Económicamente también hay que trabajar para poder proporcionar ayudas que beneficien a los enfermos que padecen la larga enfermedad en cuestión y que tienen el añadido que es la gestión del lastre económico que deja la misma.