Hola, me llamo Julia Domínguez y escribo este texto en osoigo para hablar y visibilizar la infancia trans. Una infancia que, por desgracia, en la mayoría de casos no es nada bonita y que si se partiese de cero, reforzando la educación en estos aspectos todo podría ir a mejor. 

Mi historia personal es un caso más que demuestra la incomprensión social hacia las infancias trans. Cuando era pequeña viví un verdadero infierno. No tenía amigos y, en clase, cuando intentaba jugar con los niños me mandaban a jugar con las niñas y viceversa. Peleaba mucho con los demás porque no encontraba mi lugar, no entendía por qué me trataba todo el mundo así y me sentía constantemente rechazada. Cuando volvía a casa, la cosa no mejoraba porque al expresarme como una niña me castigaban. 

Yo creo que a la hora de cambiar algo es mejor empezar por la raíz, los padres, tutores, (familia). Es muy importante apoyarlos desde la cuna, que el niño/a se sienta apoyado, comprendido y protegido compartan o no sus ideas. También es muy importante el acompañamiento psicológico, tanto para el niño/a como para sus padres. Ya es demasiada carga vivir con el rechazo social como para encima enfrentarte al familiar, a edades en las que no entiendes nada y todo se te hace un mundo (a mí me hacían sentir como un monstruo).

El segundo punto es el colegio, donde se debería de educar para la diversidad, pero no para "su" diversidad sino para una diversidad REAL! Y no solo a los niños, sino también a los profesores, asegurándose de que, a parte de un buen currículum, tengan el conocimiento y el respeto para saber tratar y educar a las nuevas generaciones para la diversidad. Recuerdo que siendo muy pequeña hasta la profesora de religión me decía que los niños como yo no iban al cielo. Luego me encontraba con algunos profesores que intentaban hacerme entender que mi actitud no era la correcta y que estaba completamente equivocada (lo que viene siendo la construcción social del género).

Y el tercer punto son las calles, donde deberían endurecerse las leyes para que así se lo pensaran dos veces antes de faltarle el respeto o incluso golpear a una persona solo por pertenecer al colectivo LGTBIQ+. Aprovecho para destacar que también sería necesaria una formación para las fuerzas de seguridad, ya que a día de hoy, considero que les falta empatía a la mayoría y lo digo por experiencia.

Con todo esto, no me refiero a que quiera que el colectivo tenga un trato privilegiado ni mucho menos, simplemente me gustaría  hacer entender que estamos aquí, que somos reales, que no nos vamos a ir y que seguiremos luchando y aguantando lo que se venga hasta que nos den nuestros derechos y, desde nuestra infancia, podamos vivir una vida digna.