Pregunta para Asamblea de Extremadura
Me llamo Katherine, soy negra y en el colegio no tuve referentes con los que me pudiera sentir identificada. ¿Cuándo habrá más campañas en los centros educativos para fomentar la diversidad racial y la multiculturalidad?
Me llamo Katherine, soy de Ecuador y llegué a España a los ocho años. Mi madre es ecuatoriana y mi padre es español, así que decidimos venir aquí, concretamente a Extremadura, donde he pasado mi infancia y adolescencia. Allí era inusual ver a gente negra como yo, o incluso gente extranjera. En el colegio fue más de lo mismo: era la única extranjera y la única negra en clase.
Al principio me sentía muy observada, los compañeros de clase me hacían muchas preguntas, sobre todo de dónde venía, y siendo muy pequeña ya tuve que dar explicaciones constantemente. Tampoco puedo culparles, al fin y al cabo eran niños y tenían curiosidad porque yo era “diferente”, del mismo modo que si hubiera venido una niña blanca europea a un colegio en Ecuador.
A medida que fui creciendo, seguí con muchas preguntas y teniendo que dar explicaciones sobre mis orígenes. Además, en el colegio no tuve ningún tipo de referente racializado, y tampoco daban charlas sobre el racismo. De hecho, mi primera experiencia con el racismo no se dio hasta que llegué a España.
Hubo un día en que un niño me empezó a insultar y me llamó “negra de mierda”. A partir de ahí me empecé a hacer muchas preguntas, como por qué ser negra era algo malo. Cuando llegué a la adolescencia, la autoestima empezó a bajar: vi que estaba en un entorno de gente blanca que no tenia mis problemas y, como en el colegio no se hablaba sobre el racismo o la diversidad, sentí que no podía pedir ayuda a nadie.
En el instituto fue incluso más raro: sí que había diversidad, pero también segregación. La mayoría del alumnado era gente gitana, y los profesores ya de por sí los separaban, siguiendo el estereotipo de que no estudian, no hacen nada y, para no molestar al resto de la clase, los ponen en otra aula. Yo nunca hablaba de este tema con mis amigas, porque no sabía si me iban a entender, o si iba a parecer una exagerada.
Por mi parte, me salvé de toda esta segregación porque era buena estudiante, pero si hubiese hecho algo malo, quizá me habrían encasillado. Veo que pasa mucho en los institutos, más que en los colegios: los profesores ya tienen clasificados a ciertos alumnos extranjeros o de cierta etnia, sin saber lo que puede haber detrás, lo que está pasando en sus casas, los problemas que pueden tener. A todo esto, seguí siendo la única negra de clase, y así hasta 2º de Bachillerato.
Recuerdo una vez que vinieron políticos de diferentes grupos políticos para dar charlas. Uno de ellos usó la palabra “negro”, y los profesores me preguntaron si me había sentido ofendida. Les dije que para nada, para mí esta palabra nunca ha sido ofensiva, pero aquí se utiliza muchas veces de forma despectiva.
Cuando acabé el Bachillerato, me fui a vivir a Barcelona para estudiar Derecho y Ciencias Políticas. Cuando llegué, me di cuenta de que hay más diversidad, bastante interculturalidad, tanto en las calles como en los centros escolares. En la universidad me he dado cuenta de que hay diversidad entre el alumnado, sobre todo con los alumnos de Erasmus o jóvenes extranjeros de segunda generación. Sin embargo, también veo que falta mucha gente negra o racializada que acceda a los estudios superiores.
Ante esto, me quiero dirigir a los políticos de la Asamblea de Extremadura, ya que crecí en Extremadura y son mis representantes en dicha cámara, para que haya más campañas de concienciación sobre el racismo en los colegios, haya más referentes en los que las personas racializadas puedan sentirse identificadas, y así se fomente la diversidad racial y la multiculturalidad.
Durante mi infancia y adolescencia, aparte de alguna experiencia puntual, no he tenido problemas de racismo. Sin embargo, es algo que pasa muy a menudo, y solo hay que mirar las noticias para ver que hay muchos niños y niñas que reciben acoso por ser racializados. Por eso es importante que desde los centros educativos se hable de lo que es el racismo, se invite a reflexionar sobre ello, que se conciencie tanto entre el alumnado como el profesorado, que haya diversidad sin segregación, y que al fin y al cabo todos podamos aprender de todos.