Pregunta para Senado

Estoy superando una leucemia. ¿Cuándo se van a destinar más recursos a la investigación del cáncer y al apoyo psicológico de los pacientes?

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Larisa Espinosa Pregunta de Larisa Espinosa

Me llamo Larisa y estoy superando una leucemia linfoblástica aguda tipo B. 

En abril de 2018, cuando tenía 48 años, empecé a tener ciática. Al principio era soportable, pero llegó un punto en que me costaba mucho aguantar el dolor. También me sentía muy cansada y sufría fuertes sudoraciones nocturnas, pero nunca pensé que todos estos síntomas pudiesen estar relacionados. Fui al fisioterapeuta y visité a varios médicos, pero no llegaron a realizarme ninguna prueba. Me inyectaban Voltarén, que calmaba algo mi malestar, pero al día siguiente estaba igual.

Al poco tiempo me empezaron a salir manchas en las piernas, vomitaba todo lo que comía y tenía fiebres muy altas. Un día, en julio, volví a mi centro de salud y le comenté al médico que me atendió todos los síntomas que tenía desde hacía tres meses. Me solicitó una analítica y una ecografía, y a las pocas horas me llamaron diciéndome que fuese a urgencias de inmediato. Cuando llegué al hospital me dijeron que no les habían informado de nada desde el centro de salud y me repitieron la analítica. Esa misma noche me diagnosticaron leucemia y me quedé ingresada.

Durante los días siguiente, me realizaron varias pruebas para determinar de qué tipo era, hasta que me confirmaron que se trataba de una leucemia linfoblástica aguda tipo B. Para combatirla, empecé con un tratamiento de quimioterapia dividido en varios ciclos durante dos años. Algunos se administraban de manera intravenosa, otros de forma oral y otros mediante inyecciones

A los 23 días de finalizarlo, me realizaron una punción y vieron que había recaído. Me ingresaron durante un mes y medio y empecé otra línea de tratamiento basada en una quimioterapia mucho más fuerte que la anterior. Este proceso se me hizo especialmente duro, pues ya estábamos en plena pandemia de COVID-19 y no pude recibir ninguna visita. Además, no me facilitaron ningún tipo de apoyo psicológico. Al finalizarlo, volví a estar en remisión y me hicieron un trasplante de médula ósea, en el que la donante fue mi hija.

Empecé a recuperarme y las pruebas fueron saliendo bastante bien, hasta que a finales de junio de 2021 me dijeron que había recaído de nuevo. Mi doctora me propuso seguir un ensayo clínico, en el que el tratamiento consistía en recibir inmunoterapia hasta entrar en remisión y, a continuación, someterme a otro trasplante. En cambio, con el primer ciclo de este entré en remisión total y han decidido prescindir de este último paso. Ahora me estoy recuperando y siguiendo una “medicación de soporte”, con la que espero que todo esto termine.

Quiero destacar que, durante todo el proceso, lo he pasado muy mal tanto a nivel físico como anímico. En ningún momento recibí ningún tipo de ayuda psicológica en el hospital y, una vez finalizados todos los tratamientos,  no pude más y encontré este apoyo en la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Por ello, con esta iniciativa pido al Senado que destine más recursos a la investigación del cáncer y al apoyo psicológico de los pacientes oncológicos, pues nos enfrentamos a situaciones muy duras en las que necesitamos ayuda para poder sobrellevarlas de la mejor manera posible.

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