Me llamo Laura, acabo de cumplir 31 años y estoy superando un cáncer de mama.

En 2012, a mi prima le detectaron un tumor maligno. Como en mi familia ya hubo más casos de cáncer, mi padre se hizo las pruebas genéticas. En los resultados vieron que tenía el síndrome Li-Fraumeni, causado por cambios en el gen TP53, cuya función es controlar cómo las células crecen y se dividen. Por lo tanto, las personas que presentan este gen mutado, son más propensas a padecer cáncer.

A continuación, me sometí a las mismas pruebas que mi padre, con la mala suerte de presentar el mismo gen mutado. Desde entonces, empecé a estar más controlada por los médicos, sometiéndome de forma periódica a revisiones de mama y de estómago.

En cambio, desde que llegó la pandemia de la COVID-19, las revisiones de mama se quedaron un poco de lado, imagino que por la saturación de los hospitales y la tendencia a la atención telefónica.

En mayo de este año me noté un pequeño bulto en el hombro y acudí a mi médico de cabecera. Al vérmelo, me dijo que no parecía nada grave; pero dada la mutación genética que presento, lo mejor era revisarlo. Me hicieron una ecografía y, al ver los resultados, no le dieron mayor importancia. En cambio, esa misma semana me noté un bulto en el pecho, por lo que volví a llamar al médico.  Me derivó a la oncóloga y me hicieron otra ecografía en la que me detectaron dos tumores y un ganglio inflamado. Me hicieron una biopsia y me confirmaron que eran malignos.

Ahora estoy siguiendo un tratamiento de quimioterapia. Voy por el sexto ciclo y me quedan dos para terminarlo. A continuación me operarán y, aunque me han dicho que podrían realizarme una mastectomía unilateral, yo he propuesto, por prevención, que sea bilateral. Por último, lo más seguro es que tenga que someterme a radioterapia.

En mi caso, lo que más me ha afectado es sentir que, tras la llegada de la COVID-19, las revisiones de detección precoz de cáncer se han dejado bastante apartadas. 

Por ello, me dirijo a las Cortes Valencianas, con el objetivo de que se aumente la investigación contra el cáncer, así como las pruebas de detección precoz, a pesar de estar atravesando una pandemia como la actual, pues la mortalidad del cáncer es mucho mayor, y su incidencia no deja de aumentar.