¡Hola! Soy Laura, vivo en Madrid y he recorrido casi 3.000 km en coche hasta la estación central de Varsovia (Polonia) para recoger a personas que huyen de la guerra de Ucrania. Pido ayuda y apoyo para todas estas personas que escapan del horror que se está viviendo en Ucrania, que tienen que salir con lo puesto y llegan a nuestro país, España, sin nada. ¿Me ayudas?  

Cuando estalló este conflicto en Ucrania y vi por la tele que había personas que estaban yendo como voluntarias a evacuar a personas de la frontera, no me lo pensé, moví cielo y tierra para conseguir entrar en un grupo de Whatsapp de voluntarios para hacerlo. Tras muchos problemas para encontrar otra conductora adicional para emprender mi viaje, lo conseguí. Mercedes una mujer fue mi compañera en esta aventura junto con otros tres coches y una furgoneta. 

Llegó el día. El pasado 9 de marzo, cinco vehículos cargados de material, comida y ropa estábamos preparados para emprender este viaje. Hacíamos una media de 1.100-1.200 km diarios, fue agotador, se hizo muy largo, pero el 11 llegamos a la estación central de Varsovia en Polonia. La situación allí era horrible veías muchísimas personas esperando una respuesta en la estación con una simple bolsa de plástico o una mochila como equipaje. Había zonas donde se repartía material y comida caliente, pero eso era el caos. 

Normalmente cuando llegas allí te indican a quién vas a llevarte. Mi caso fue diferente a mi el día antes de salir me ofrecieron llevar a una mujer, Ludmila , y sus dos mascotas, Linda y Dolly. Muchas personas prefieren recoger a familias, pero yo siendo una animalista no podía dejarles allí. La situación en la estación era de incertidumbre, de hecho muchas personas no aparecían porque tenían miedo de viajar con hombres por la reacción de sus maridos o convertirse en víctimas de trata. Otra persona sufrió un ataque de ansiedad y quería volver a Kiev (Ucrania), la gente allí estaba desorientada, no sabía dónde ir. La gente allí tenía la mirada perdida y no sabía qué iba a hacer por la espera y la duda. 

Este tipo de situaciones además de la barrera cultural e idiomática complicaron la situación, pero una vez entregamos todo el material y recogimos a las personas emprendimos nuestro viaje de vuelta. 

En total trajimos a España a 18 personas y 3 mascotas entre ellos, padres, madres, adolescentes y ancianos. Todas las personas que han venido con nuestro convoy a España tenían a algún conocido en España, sin embargo, otros muchos no y tienen que acudir a casas o centros de acogida.

Ludmila tiene a su hija en Marbella, sin embargo, no sabe hablar nada de español y no conoce nuestro país, todo esto es un gran cambio para ella. Es cierto, que tiene a alguien que la ayude, pero necesita poder desarrollarse como persona de forma libre e independiente, sin tener que estar dependiendo de su hija. Todas estas personas que están llegando refugiadas de la guerra en Ucrania, necesitan una respuesta al llegar a su país de destino. Ellas tienen que integrarse en una nueva cultura, con otra mentalidad y otro idioma, una situación difícil para cualquiera y necesitan herramientas y facilidades para hacerlo. Es imprescindible que el Senado tome medidas en relación a las personas que llegan a España de la guerra de Ucrania. Por eso pido para estas personas:

• Iniciativas de integración social real a la cultura y vida en España.
• Facilidades y recursos para encontrar un empleo.
• Apoyo psicológico y terapias para superar la situación por la que han pasado y afrontar el cambio.
• Apoyo sanitario y legal.