Hola, soy Laura García (@lauux_). La verdad es que, si lo pienso, puedo decir que he tenido suerte. En la escuela nunca me hicieron bullying, mi infancia fue buena y mi madre siempre me inculcó que yo era como los demás. Nací con agenesia metacarpiana, lo que supone que me falte una mano. Se trata de la malformación de una parte del cuerpo. 

La realidad cambió en la adolescencia. En aquel momento comprobé que sí, que yo era distinta, que me costaba más aceptarme. Me hacía fotos y trataba de ocultarlo, de ponerme de lado o llevar el brazo al bolsillo. 

Afortunadamente, mis amigas, familiares y mi actual pareja me han ayudado mucho en el proceso de aceptarme hasta el punto de que bromeo habitualmente sobre ello. Gané esa confianza para vivir con ello, para no sentirme diferente. De hecho, cada vez tengo por delante más retos, como sacarme el carnet de conducir.

Lamentablemente veo a diario que existe una discriminación que va más allá de las miradas. Por ejemplo, soy azafata de eventos, pero no puedo serlo en aviones ya que su normativa no permite el acceso a las personas que tenemos este tipo de discapacidad. Algo tan banal como poder conducir un kart también está prohibido para mí.

Por eso creo que las cosas hay que cambiarlas desde el origen: la educación. Todos somos diferentes y ‘normales’, cada uno con sus circunstancias y características físicas. Hay alumnos con gafas, con más peso o, como es mi caso, sin una mano. ¿Y qué?

Reclamo que se haga un esfuerzo extra en la educación para normalizar estas realidades. 

Estoy segura de que afrontar esta situación se encuentra en los planes de algunos políticos, pero necesitamos soluciones cuanto antes: les instamos a que rubriquen sus compromisos en este asunto.

A todos los demás os agradezco mucho el apoyo a este tema, pidiendo que lo difundáis por todas vuestras redes. Juntos lo conseguiremos.

Muchas gracias a todos. 

Súmate a esta iniciativa ¡todos ganamos!