Mi nombre es Lidia Fuentes, tengo 36 años y soy la autora de “Gracias por tu valentía.” Un libro que trata en su mayoría de varias circunstancias cotidianas relacionadas con la autoestima, la enfermedad del TCA por la que tuve que ser tratada y la salud mental. A lo largo de mi vida me he visto inmersa en dos depresiones, la última tras mi maternidad. Este libro, no solo me ha permitido contar mi historia y abrir así la caja de pandora, sino que además, creo que sirve como relato sincero de lo importante que es la salud mental en nuestras vidas, como sin ella es imposible vivir bien y como sí se puede salir de ahí con los cuidados adecuados. 

Me he decidido a lanzar esta campaña porque a pesar de los pequeños avances, considero que la situación y el contexto respecto a la salud mental en nuestro país es crítica. Se sigue sin darle la atención e importancia que merece desde las instituciones, mientras que las enfermedades, condiciones y consecuencias no paran de crecer. 

En España contamos con datos y estadísticas alarmantes. Según la Confederación de Salud Mental España, el 6,7 por ciento de la población se ve afectada por ansiedad o depresión y casi la mitad de los y las jóvenes españoles de entre 15 y 29 años considera que ha tenido algún problema de salud mental. Dentro de este colectivo, el suicidio es la principal causa absoluta de muerte, causa por la que murieron 4097 personas el año pasado en nuestro país. Además, somos el país del mundo con mayor consumo de tranquilizantes, usados para desconectar, mitigar la ansiedad o para dormir. 

Todos estos datos reflejan que pese a que la salud mental se puso en el centro del discurso social durante la pandemia del COVID-19, las acciones hasta la fecha no han hecho efecto. Y esto se debe a que son insuficientes. No es posible que la situación mejore si sigue siendo un tema que se deja de lado y parece que solo sale a la superficie cada 10 de octubre. Seguimos sin tener un compromiso por parte de las instituciones y política para arreglar una realidad que no escapa a nadie.

Es necesario un abordaje integral que empiece por mejorar la atención psicológica y psiquiátrica en la Sanidad Pública. No puede ser que tengamos que esperar 3 meses para una primera consulta o que la primera forma de tratar una dolencia mental sea con fármacos. Por otro lado, es necesario que exista una educación emocional y psicológica desde el colegio y que preste especial foco en la adolescencia con el fin de evitar las dramáticas situaciones que vemos y oímos cada día. Por último, pero no menos importante, es de extrema relevancia que se visibilicen y normalicen los problemas de salud mental. Son igual de normales que un resfriado, un cáncer o una migraña. Por parte de toda la sociedad hay que terminar con el estigma y llevar la promoción de una buena salud mental por bandera. Porque sin ella no hay nada, la vida se paraliza. 

Por ello, y con todo lo aquí plasmado, quiero dirigirme a los representantes del Parlamento de Andalucía para que escuchen, y hagan más, mucho más, por la Salud Mental en nuestra comunidad y a nivel nacional. Para que un día dejemos de ser una sociedad que, muy a menudo, no ofrece suficiente ayuda a los que sufren, los que, por distintas razones, no se sienten suficientemente fuertes para admitir que tienen un problema, ni pedir ayuda.

Agradezco desde aquí la máxima difusión y apoyo a esta campaña.