Me llamo Lourdes y vivo en Andalucía. Llegó una época en que mis períodos menstruales empezaron a alargarse. Manchaba sin parar y con el paso del tiempo, la cantidad de sangre que echaba iba a más. De entrada, me indicaron que era normal en relación con los síntomas que puede ocasionar el hecho de estar entrando en la etapa de la menopausia. Aun así, yo percibía que existía alguna irregularidad más, ya que no notaba ningún otro síntoma relacionado con lo mencionado.

De repente, empecé a tener pérdidas urinarias y todavía me extrañé más, puesto que precisamente me dedicaba a trabajar para fortalecer toda la zona del suelo pélvico. Decidí recurrir a métodos que me permitieron ver que al estimular la zona en cuestión, todavía sangraba más; si de normal manchaba dos o tres días a la semana y luego el sangrado paraba hasta la semana siguiente, con estos métodos sangraba cada día.

Al ver que lo mencionado se alargaba en el tiempo y que iba a más, decidí visitar a mi médica de cabecera de nuevo. Esta me recetó unas pastillas que servían para cortar las hemorragias y me derivó con el ginecólogo para que me practicaran una citología. Al hacérmela, padecí una hemorragia importante. De nuevo, se lo comenté a mi doctora, que me derivó, entonces, de manera urgente a ginecología en el hospital.

Una vez entré en el hospital, todo se aceleró. Me realizaron un seguido de pruebas diagnósticas que derivaron a la real afección. Me detectaron un cáncer de endometrio que parecía localizado. Decidieron intervenirme quirúrgicamente para someterme a una histerectomía radical. Durante la operación, también me extrajeron los ganglios de la zona, hecho que permitió detectar la presencia de células cancerosas en uno de los ganglios más pequeños. Entonces, determinaron que mi patología se encontraba en estadio II y que mi tumor se nutría a través de los vasos sanguíneos.

Con los resultados, consideraron que necesitaba un tratamiento fuerte, aunque fuera a modo preventivo. En estos momentos estoy recibiendo quimioterapia y más adelante tendré que hacer radioterapia de dos tipos, genérica en la zona y focalizada en el punto concreto dónde se ubicaba el tumor.

Considero que una apuesta pública significativa sobre la investigación del cáncer es primordial; es la única forma de garantizar que se avanza hacia la curación, pero por el camino, también hacia tratamientos menos agresivos. También pienso que es necesario que se fomenten campañas informativas sobre los síntomas que ocasiona la menopausia para, entre otras cosas, evitar confusiones relacionadas con otras patologías. Finalmente, creo que se debería de impulsar un cribaje público rutinario con la finalidad de diagnosticar posibles patologías de manera temprana; el cáncer de endometrio presenta síntomas, pero el de ovario, por ejemplo, no presenta hasta que se encuentra en estadios muy avanzados.

Es por todo lo presentado que me dirijo a los políticos del Parlamento de Andalucía, ya que son quienes me representan: “Apostar por la investigación es crucial, así como informar sobre los síntomas que ocasiona la menopausia y posibilitar la realización de cribajes de cánceres ginecológicos. ¿Cuándo se va a garantizar la efectividad de lo mencionado?”