Me divorcié tras años de maltrato físico y psicológico con el fin de que la situación mejorase, pero me di de bruces con la injusticia de las instituciones, que lejos de proteger a mis dos hijos y a mí, han pasado a ser víctimas de violencia vicaria. 

Mi hija ya no ve a su padre. Perdió su custodia compartida porque le tenía miedo, se metía con ella, la agredió físicamente en plena calle, y le confesó que conocía cada movimiento que realizábamos, dónde habíamos estado y qué habíamos hecho durante la semana. Como represalia por no querer estar más con él, la llegó a denunciar por robo cuando fue a recoger sus cosas y la dejó de pasar la manutención.

Mi niño es el más pequeño, tiene autismo, su sensibilidad y su capacidad de entender la realidad requieren de mayor apoyo, y su custodia se sigue manteniendo compartida pasando temporadas con uno de los dos, pero en muchas ocasiones, cuando está con él, le niega a hablar conmigo, no se alimenta bien, y se le ha llegado a utilizar para mentir contra nosotras.

El pequeño confesó que su padre había puesto una denuncia falsa simulando un robo, y le obligó a decir a la policía que le faltaban cosas. Se puso tan nervioso al contar la verdad, que me asusté al verle así, en realidad tenía miedo a las represalias de su padre por la confesión, y pusimos una denuncia por simulación de delito e involucrar a un menor. 

Sin embargo, con esta denuncia, más otra por violencia de género, y por llevarse al niño fuera de la comunidad sin mi consentimiento, todavía no se ha celebrado ningún tipo de juicio ni se han rescindido las visitas con su padre, mientras la vida de mi hijo empeora. 

Todas estas circunstancias le han provocado cambios de comportamiento puntualmente violentos conmigo y con su hermana, y como el padre no permite que hablemos con él, se siente culpable. Hasta el punto de que un día comenzó a golpearse, a decir que se quería morir en el colegio y por ellos se abrió un protocolo de suicidio en el centro. ¿Cómo puedo estar tranquila ante esta realidad, cómo puedo no saber nada de él durante días y conocer cómo se encuentra? 

Está sufriendo, se le ha derivado a psiquiatría y nadie hace nada, en serio ¿hay que esperar a que algo grave ocurra? Es una situación sumamente dolorosa. ¿Qué futuro le espera? Entre el maltrato psicológico y de abuso que recibe, la mala educación, su condición… necesito sacarlo de ahí. Tengo que luchar por la vida de mis hijos porque la veo destrozada. 

Las instituciones, la justicia, los firmes defensores contra la violencia machista no hacen nada. He sufrido más de 10 años de maltrato sin poder denunciar por miedo a represalias, hasta que me divorcié, y lejos de ayudarnos, en los juzgados de familia solo se tuvo en cuenta las mejores condiciones económicas del padre. Custodia compartida y “no te pongas cabezona porque vas a salir perdiendo”

Si por sus negligencias contra mis hijos necesito denunciarle para dejar constancia, los funcionarios me han llegado a insinuar que esperaban que no se tratase de una denuncia falsa… Sigue existiendo un sistema machista que se invisibiliza, porque si él va a protestar o contar cualquier mentira, se le escucha sin cuestionarle, como cuando abrió un expediente a su hija por absentismo. La niña faltaba por motivos de salud (hace unos meses ha sido diagnosticada de una enfermedad) y fue con ese cuento al juzgado para dar a entender que no iba porque yo no quería. 

Es horrible la sensación de derrota, de agotamiento, de que nadie te ayuda ante hechos tan graves que afectan también a menores. Ansiedad constante, daño psicológico, maltrato físico y amenazas hacía sus hijos. Con hechos tan graves ¿cómo puede esta persona tener credibilidad?

Es doloroso que las instituciones le respalden continuamente. Mis hijos han visto y vivido violencia ¿por qué las instituciones no actúan para evitar víctimas? Escúchenme, porque cuando se apoya a las personas que agreden, se toman malas decisiones o no se hace nada, ese silencio es apoyo al maltratador.