Alicia tiene 8 años, es una niña alegre y activa, con parálisis cerebral causada por una complicación en el parto. Desde muy pequeña, supimos que la vida no iba a ser fácil, que nos encontraríamos con obstáculos, pero los superaríamos.  Por ello comenzamos lo antes posible a realizar terapias que mejorasen su desarrollo a nivel motor y cognitivo, y gracias a ellas, y al esfuerzo y empeño que pone, Alicia puede trasladarse andando con sus dafos, mover uno de sus brazos con mayor soltura, y entender todo lo que sucede a su alrededor, aunque no pueda hablar.

Es decir, Alicia comprende mucho más de lo que puede expresar. Tiene la ayuda de los pictogramas y su tablet para comunicarse, pero necesita más trabajo para fomentar esa necesidad de comunicación y de autonomía que tiene, y que necesita ser reforzada en el ámbito escolar donde pasa gran parte de la mañana.

Que nuestra hija forme parte de esa educación pública inclusiva y de calidad que tanto se pregona, y de la que tantos recursos carece.

Tanto el número de profesionales, como las horas que invierten en trabajar con niñ@s que tienen necesidades especiales, es totalmente insuficiente para que puedan tener una evolución en su desarrollo cognitivo y motor. 

En el caso de Alicia, ella cuenta con una profesora de Pedagogía Terapéutica (PT), 7 horas a la semana, y una profesora de Audición y Lenguaje (AL), media hora a la semana. ¿Cómo se pretende garantizar una educación inclusiva y de igualdad con tan poco tiempo de dedicación a terapias en cada caso? 

Es necesario que este trabajo que realizan sea de calidad, y no se ampare esta falta de recursos e interés, en que los niñ@s no pueden ser atendid@s adecuadamente en colegios públicos y deban acudir a centros especiales.

No poder elegir la escuela pública que uno quiere para sus hij@s, porque no se le facilite la solicitud de estos profesionales, ya es discriminatorio.

Alicia acude a la escuela pública junto a sus compañeros formando parte del aula ordinaria. Con ellos es una más, no hacen diferencias como los adultos y participa en todas las actividades que le sean posibles. La ayudan a integrarse, le aportan tranquilidad a esa hiperactividad que tiene y le hace bien a su desarrollo social.

Por eso queremos que sea compatible la convivencia del grupo con el trabajo que realizan los profesores de atención especial.  Que entre todos formemos equipo, y ayudemos a nuestros niñ@s a sentirse iguales ante la sociedad.