La pandemia ha sido dura para todos pero para el sector sanitario, muchísimo más. Soy Manuel C. director y jefe del área preventivo sanitaria de una residencia de ancianos.

El Covid 19 llegó de forma inesperada, era algo desconocido para todos; cuando en un centro sanitario hay cualquier tipo de enfermedad vírica, como una conjuntivitis, es lógico que haya contagios y sabemos cómo actuar pero  a esto no sabíamos hacerle frente.

Fue tremendamente duro gestionar todo aquello, era “una guerra lenta y sin ver al enemigo”. El número de trabajadores era escaso debido a las bajas, muchos fallecían de tu mano, procesar eso es tremendamente complicado; los pocos que podían acudir, cargaban con un gran peso, de hecho en mi residencia, todos lo cogimos antes o después. Esta situación era generalizada en todos los sitios donde aproximadamente entre un 25 y un 35 % de los residentes fallecieron.

Algo así no se supera fácilmente. Dos años después son muchos los trabajadores de estos centros, no solamente los sanitarios, que no han podido superarlo y han abandonado la profesión. No recibimos ningún tipo de ayuda más allá de facilitarnos unos teléfonos de ayuda psicológica a sanitarios, algo totalmente insuficiente para lo que estábamos viviendo. Actualmente, todavía hay bajas de problemas que aún se acarrean de la pandemia y no hemos recibido ningún tipo de ayuda.

¿Qué necesitamos ahora? Las residencias deben estar conectadas con los hospitales para poder trabajar de forma conjunta; este proceso está siendo lento y tiene que acelerarse, no podemos cargar con todo, cada vez hay más personas mayores y tenemos que darles la importancia que merecen.

No podemos dejar que esto caiga en el olvido, se aplaudió a los sanitarios en su momento pero las consecuencias de la pandemia siguen aquí. Por tanto, me dirijo a los políticos del Congreso de Diputados para pedir ayudas más allá de un contacto telefónico al que acudir cuando estamos al borde del colapso, algún tipo de compensación por todo aquello que hemos vivido y de lo que aún quedan secuelas y, sobre todo, que aceleren el proceso de conectar hospitales con residencias porque hace falta ahora, no podemos esperar más.

Foto cedida por Freepik 

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