Me llamo Mara, vivo en Fuengirola, Málaga, y soy abogada penalista especialista en justicia restaurativa y derecho penal de menores, más concretamente estoy especializada en temas de acoso escolar y ciberacoso, pasión que me ha llevado a estudiar actualmente psicología. Durante mi infancia, fui víctima de acoso escolar, motivo por el cual decidí centrar en esto mi carrera profesional. Mi objetivo principal es impedir que otros/as niños/as pasen por lo que me tocó pasar. 

Antes de seguir, me gustaría explicar que el bullying (acoso escolar) y el acoso son dos términos diferentes. Hay una diferencia de generalidad y precisión. Cuando hablamos de bullying hablamos de un tipo de acoso, sin embargo, no todo el acoso es bullying. En derecho penal es muy importante utilizar bien las palabras, si no específicas puede ocurrir que no se puede castigar. 

Ayudar a erradicar el acoso escolar desde los colegios es algo muy importante, ya que son patrones que se pueden aprenden y mantener en el futuro. Las personas que han sido víctimas de acoso escolar durante su infancia o adolescencia podrían sufrir en el futuro acoso en el ámbito doméstico, laboral u otros. De igual manera, los acosadores aprenden esos patrones pudiéndolos repetir a la hora de relacionarse en el futuro y adquirirán esos caracteres en su adultez, por ello la importancia de cortar este tipo de conductas en la infancia. 

El problema que encontramos es que las personas que sufren acoso disponen de muy poca infraestructuras y herramientas, o al menos así lo suelen sentir ellos, ¿cómo se podría ayudar a paliar esta problemática? Sin dudas con una asignatura sobre gestión emocional y gestión de conflictos en la educación primaria. No podemos permitir que haya niños/as que no sepan relacionarse de una manera sana y reconocer sus emociones. 

Necesitamos que se fomente la educación emocional para que los/as pequeños/as aprendan a expresarse, si no enseñamos a los/as niños/as a gestionar sus emociones estaremos fomentando una sociedad de conflicto y analfabeta emocionalmente. 

A día de hoy podemos decir que las denuncias por acoso han aumentado, además de la agresividad y la intensidad en los casos. Antes, el acoso paraba cuando llegabas a casa, ahora, con las nuevas tecnologías, las RRSS y un largo etcétera que ha dado lugar a la proliferación del ciberacoso, los/as menores sufren el acoso 24 horas diarias los siete días de la semana, lo cual les genera una situación de estrés inasumible para un menor.