Las personas sordas y con problemas de audición llevamos más de un año con un doble castigo. A las dificultades y el distanciamiento que obligan las restricciones por la pandemia para toda la población, tenemos que sumar que nuestra comunidad sufre aún más la incomunicación y el aislamiento. 

Hemos conseguido con mucho esfuerzo y el apoyo de todos que se cree una norma  que regule las mascarillas transparentes. Es un pequeño gran paso para que estemos menos aislados y nos podamos comunicar y entender mejor: leyendo los labios y a través de los gestos faciales de nuestro interlocutor.

El proceso de vacunación en el que estamos inmersos es la gran esperanza para acabar con esta pesadilla que se ha cobrado tantas vidas. Todos deseamos que la vacunación avance por el bien de tod@s, pero como miembro de la comunidad de personas sordas me gustaría plantear que nuestro colectivo esté de alguna forma recogido en esta estrategia. 

No estoy hablando de tener más prioridad que nuestros mayores o personas en riesgo por su estado de salud. Creo que es justo pedir a nuestros representantes políticos que la estrategia nacional de vacunación que elabora el Ministerio de Sanidad contemple en algún grupo a nuestro colectivo. 

En España somos más de un millón y medio de personas sordas o con problemas de audición. De la misma forma que ciertas profesionales como docentes o fuerzas de seguridad están siendo compensados con cierta prioridad, nosotros también queremos ser tenidos en cuenta. 

VALOREN el esfuerzo y la dureza extra que nos supone comunicarnos en estos tiempos donde nosotros y todos nuestros interlocutores tienen que llevar mascarillas (no siempre transparentes) e incluyan en nuestro colectivo en el lugar que corresponda, al margen de nuestra edad.

Entre todos podremos hacer que nuestro doble aislamiento sea más fácil de sobrellevar. Por eso os pido dos minutos de vuestro tiempo para firmar y difundir esta petición que haremos llegar al Congreso de los Diputados y al Ministerio de Sanidad.