Pregunta para Cortes Valencianas
Los jóvenes con diversidad funcional necesitamos espacios y apoyo para poder disfrutar del ocio inclusivo. ¿Por qué no se fomenta la formación de grupos para salir y combatir la soledad?
Me llamo María, tengo 20 años, y muchas ganas de disfrutar de la vida a pesar de que siempre me he sentido desubicada. Llegué a este mundo con seis meses, me han realizado 21 operaciones y convivo con diversidad funcional. Siempre he tenido el amor incondicional de mis padres y el cariño de muchas personas que me adoran, pero nunca he acabado de encontrar mi espacio en la sociedad, el de sentir pertenecer a un grupo de mi edad con el que poder convivir, divertirme y disfrutar.
Es por ello que inicio esta petición, porque los jóvenes con diversidad funcional necesitamos disfrutar del tiempo de ocio, de espacios donde divertirnos, de grupos de apoyo con los que poder salir y sentirnos acompañados acorde a nuestras necesidades, en mi caso, con discapacidad intelectual leve.
Muchas de estas actividades solo se desarrollan a iniciativa de asociaciones, entidades, voluntariado (prácticamente inexistentes en Valencia con esta finalidad) pero que acaban desapareciendo porque no se cuenta con la ayuda de las instituciones en aportar los recursos necesarios para su mantenimiento y desarrollo.
El ocio inclusivo para los adolescentes no existe, y sin embargo es un proyecto muy sencillo de fomentar con numerosos beneficios físicos y psicológicos para quienes podríamos disfrutarlo:
- Favoreciendo el crecimiento personal y la autoestima.
- Fomentando las habilidades sociales, la empatía y la colaboración.
- Previniendo problemas de aislamiento y depresión.
- Combatiendo el estrés
- Mejorando la salud y la movilidad.
- Reduciendo la distancia física entre las personas con y sin discapacidad.
No queremos permanecer encerrados en nuestras casas sobre protegidos, necesitamos realizar actividades, conocer gente, sentirnos realizados, encontrar una motivación que nos empuje a levantarnos cada día con ilusión y conseguir ser lo más independiente posible por nosotros mismos, no por las barreras que nos ponga la sociedad.
Tener diversidad funcional no es un impedimento para disfrutar de la vida, y eso me lo demuestran cada día personas increíbles como Gemma, que me ayuda con rutinas, constancia y mucho amor a ser capaz de realizar mi vida por mí misma.
Queremos ser escuchados: la diversidad nos enriquece, el respeto nos une, y el ocio es un derecho que debemos ejercer todos los jóvenes con discapacidad.