Mi nombre es María y estoy atravesando un Linfoma No Hodgkin. Cuando fui al hospital por primera vez fue por un dolor muy intenso en la costilla. Me dijeron que era una fisura, que me tomara un enantyum y me fuera a casa. Si le hubiera hecho caso a ese doctor, seguramente, a día de hoy no podría contar mi historia.

Estuve 2 meses ingresada en el hospital esperando que me dieran un diagnóstico. Me tuvieron que hacer muchísimas pruebas y darme antibiótico porque tenía un absceso en el pulmón. No había forma de que dieran con lo que tenía. 

Yo soy de Cambrils pero me tuve que ir a Barcelona porque en mi hospital me dijeron que me iban a abrir el pulmón. Cuando llegué a Barcelona me comentaron que lo peor que se podía hacer era abrir, porque igual no salía de esa operación.

Gracias a una broncoscopia vieron que había un linfoma en el mediastino. Creo que es fundamental que se hagan avances en las pruebas de detección. En los 2 meses que estuve ingresada esperando a que me dijeran qué tenía, perdí 15 kilos. A eso hay que sumarle el hecho de que no podía salir del hospital… es un proceso muy duro.

También creo que es importante que se inviertan más recursos en la investigación de los tratamientos para que sean menos agresivos. Se necesitan tratamientos menos duros pero igualmente efectivos. 

Me gustaría que el Parlamento de Cataluña se hiciera eco de estas peticiones.