Hola, me llamo María, tengo 27 años y he sufrido discriminación laboral por embarazo aun no estando en mis planes ser madre. La he sufrido tanto estando contratada como en los procesos de selección. Llevo trabajando desde los 19 años y en la gran mayoría de entrevistas me han preguntado si quiero tener hijos o si tengo pareja.

Cuando llevaba un mes trabajando de dependienta en una tienda, conocí al que era mi jefe. Este, sin yo preguntar, me dijo que no tenía pensado hacerme indefinida porque podía quedarme embarazada en algún momento. Yo, en ese momento, le trasladé mi negativa de cara a ser madre, pero no sirvió de nada. Recientemente había habido un caso en esa tienda de una mujer que se quedó embarazada y cogió la baja. Me la puso como ejemplo para defenderse como si aquella mujer le hubiese faltado al respeto a la empresa o hubiese cometido un acto impensable. Además de aquello, vio un CV de un chico joven que nos lo acababa de dejar en el mostrador y su reacción inmediata fue "este tíralo a la basura". En primer lugar, me pregunté qué sentido tenía aquello, hasta que me di cuenta de la situación. Contrataba únicamente a mujeres de manera temporal con la excusa de que nos podemos quedar embarazadas. 

Cuando en las entrevistas de trabajo nos preguntan si queremos ser madres, nos ponen en una posición muy complicada. Se aprovechan de la situación de vulnerabilidad en la que muchas nos encontramos y de que nos hace falta del trabajo, lo cual es muy injusto. He hablado con amigos hombres y a ninguno le han preguntado en entrevistas laborales si tienen pensado tener hijos o si tienen pareja, pero a nosotras, por el hecho de ser mujeres, sí nos lo cuestionan.

¿Por qué sigue siendo un problema ser madre? ¿Por qué se nos discrimina por el hecho de tener útero? Es por todo esto que quiero dirigirme al Parlamento de La Rioja. Es necesario que desde las instituciones se luche con medidas reales contra la discriminación laboral por embarazo. Solamente por la posibilidad de ser madre no deberían poder echarnos o directamente no contratarnos. Se necesita una mayor regulación y vigilancia a todas aquellas empresas que se aprovechan de nuestra vulnerabilidad y nos discriminan por ser mujeres.