Pregunta para Parlamento de las Islas Baleares
Soy María, tengo TLP y el tratamiento psicológico me cuesta 70 euros a la semana. ¿Por qué cuando se trata de salud mental la Seguridad Social no ofrece soluciones?
Hola, me llamo María, tengo 21 años y hace tres me diagnosticaron TLP (Trastorno Límite de Personalidad). Esta patología consiste en la desregulación de las emociones y la incapacidad de gestionarlas. Es decir, cualquier situación de la vida cotidiana que nos produzca alguna sensación, las que tenemos TLP lo sentimos multiplicado por mil.
Puede resultar por diferentes causas, pero en mi caso, los profesionales coinciden en que probablemente sea una cosa genética que se ha activado por algunos traumas que sufrí durante mi niñez. Cada persona es un mundo y más cuando se trata de salud mental, es por lo que es tan difícil dar con un diagnóstico y descubrir el motivo causante.
Todo empezó en un festival de música, realmente ya daba señales desde pequeña, pero no es hasta entonces cuando me di cuenta de que algo no funcionaba bien. La multitud de gente que había en aquel evento me hizo explotar. Empecé a comportarme de manera impropia en mí, es decir, ni me daba cuenta de las cosas que decía ni de las consecuencias que podían tener. Me comporté de una manera en la que no me reconocía. Tuve constantes ataques de ansiedad y de ira. Fue el momento en el que el trastorno estalló y por fin pude saber que algo fallaba en mi salud mental.
Cuando decidí ir al médico tuve bastantes problemas para encontrar a alguien que tratara de forma especializada mi caso. Iba de psicólogo en psicólogo y me decían que era dramática, que exageraba mucho las cosas, incluso hubo una doctora que me dijo que no tenía ni idea de qué hacer con mi caso. Eso, obviamente, te causa todavía más miedo e inseguridad.
Al final, di con una especialista que trata trastornos de este tipo y desde entonces me siento bastante mejor y más calmada. Ahora, no solo tengo que lidiar con el TLP, sino que tengo que hacerlo también con sus consecuencias. Por no haberlo tratado desde un principio he desarrollado una especie de agorafobia y pánico a las multitudes. También he perdido a bastantes amigos de mi círculo cercano porque no comprendían mis comportamiento. Espero seguir avanzando y poco a poco conocerme a mí misma y conseguir las herramientas necesarias para lidiar con mi salud mental.
Escribo este texto para dar visibilidad, pero también para reivindicar un mejor servicio en la sanidad pública, respecto a la salud mental durante la adolescencia. No es normal que una vez diagnosticada, tenga que pagar 70 euros semanales para tratar el TLP. Tampoco es normal que me haya costado tres años dar con una especialista en este tipo de trastornos y que haya tenido que ser por la vía privada. La salud mental debe de ser una prioridad y no un tabú.
Por último, a las niñas y a los niños que sientan cosas parecidas a las que yo cuento en este texto, les recomiendo que vayan a un especialista y que, aunque al principio no den con uno que les transmita confianza, es muy importante ir probando hasta descubrir la persona más indicada para tratar la situación personal de cada una. La salud mental se debe cuidar desde la infancia.