Me llamo María y vivo en Alicante. En 2019, experimenté un cambio muy grande en mi vida y, a raíz de ahí, empecé a notar que tenía algo que no era normal en el pecho izquierdo. Como yo nunca había tenido problemas de salud, de entrada no le di mucha importancia. Empezó el confinamiento en 2020 y yo seguía notando algo, pero a la vez, seguía pensando que no sería nada. Finalmente, decidí visitarme con mi ginecóloga, que me mandó, después de examinarme, a hacer una mamografía. A raíz de la prueba en cuestión, me llamaron y me indicaron que tenía que someterme a otra mamografía complementaria de la mama izquierda. A raíz de allí, empezaron las pruebas diagnósticas: una biopsia, una resonancia, etc.

Después de unos días, me llamaron y me indicaron que tenía que acudir a la unidad de oncología. Una vez fui, me dieron el diagnóstico y me empezaron a explicar en qué consistiría el tratamiento, me rompí. Para mí la noticia del diagnóstico fue muy dura. Me hicieron quimioterapia, en abril de 2021 me practicaron una mastectomía y después tuve que someterme a un tratamiento de radioterapia. En estos momentos, me hacen revisiones rutinarias de control cada tres meses y estoy esperando la reconstrucción del pecho.

La primera parte de tratamiento fue pasable, pero la segunda no. La quimioterapia según avanza te roba tu persona. Una vez terminé la quimioterapia yo me sentía feliz, pero después de dos semanas, la operación hizo que me derrumbara. La primera vez que me vi en el espejo después de la mastectomía sentí el dolor más grande que he sentido en toda mi vida. El acompañamiento psicológico que me ofrecieron y que he recibido hasta el momento no ha cubierto del todo mis necesidades. Estoy lidiando con la situación y considero que para afrentar un cáncer es imprescindible que el cuidado del aspecto anímico se estipule como un aspecto más del tratamiento protocolario. Considero que hay que garantizar una atención de calidad y un acompañamiento constante y personalizado. En este sentido, me dirijo a los políticos de las Corts Valencianas, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta concreta: ¿Por qué no se refuerza el servicio de acompañamiento psicológico?

Por otro lado, quiero presentar a las instituciones la necesidad que hay de mejorar la inversión destinada a la investigación del cáncer y de sus tratamientos con el fin de mejorarlos y hacerlos más llevaderos y no tan radicales. En este mismo sentido, propongo que se apueste por impulsar una partida presupuestaria a favor de investigar los tratamientos naturales.