Me llamo María Mendiola y tengo dos hijos mellizos de seis añitos, uno diagnosticado de TEA y otro de TDAH. Ambos nacieron con muy poco peso y a los dos años nos dieron la noticia.

Al principio me dejé guiar, lo llevaba a las sesiones de logopedia y pedagogía, me prometían que mejorarían, pero pasa el tiempo, y no era así; como madre, no podía quedarme parada ante esta situación y decidí empezar a investigar y a moverme por mi cuenta. Empecé con el biomagnetismo, se trata de una terapia de imanes que equilibra el PH y va mejorando el organismo de las personas esta técnica lleva muchos años utilizándose, elimina metales y muchas patologías, hasta 200 tengo entendido. Soy naturópata y biomagnetista y hago este trabajo con varios niños, todos han mejorado enormemente desde que realizan esta terapia.

El gran problema es que cuando acudes a la sanidad pública, meten todo en un mismo rango, sea lo que sea te lo catalogan como autismo, y no es así, pueden ser otras cosas como retraso madurativo, sin hacerles, en muchos casos, pruebas cerebrales.

Necesitamos que haya un centro específico para niños con autismo y que la gente abra la mente ante esto; creemos que el autismo es para siempre y a veces no es así, se pueden hacer grandes avances; he tenido casos de niños que no hablaban y hablan o que no eran capaces de mirar a otras personas y ahora lo hacen. La clave está en el sistema inmune, por ello, trabajamos con electroestimulación neuronal y la suplementación con productos naturales; no pueden generalizar todos los casos y meterlos en la única casilla del autismo. Otra cosa de la que no se habla es que, la vacuna de la triple vírica, que se pone a partir del año o año y medio, afecta al sistema inmune y estos niños no son capaces de reaccionar a ella como los otros, literalmente, come neuronas. La mejora de los niños es posible, pero se necesitan medios y una mayor comprensión por parte de todos.