Pregunta para Asamblea de Madrid
Conocer nuestra menstruación puede prevenir problemas de salud en el futuro. ¿Podrían fomentar la educación menstrual y nutricional en las escuelas con charlas de profesionales?
Me llamo María, soy de Madrid y soy bióloga sanitaria y nutricionista. Además de mi formación universitaria, he hecho varios cursos de especialización en psiconeuroinmunología, salud hormonal de la mujer, aparato digestivo y nutrición clínica. Actualmente trabajo en nutrición oncológica, salud hormonal y patologías digestivas.
Durante estos años de experiencia, me he dado cuenta de que las mujeres estamos bastante desvinculadas de la salud de nuestro ciclo. No somos conscientes de la importancia de tener una relación sana con la menstruación y por ende, con nosotras. Se nos escapa información tan importante como que un grado alto de estrés puede hacer que se alteren nuestros ciclos menstruales e incluso se retiren; que el dolor de forma incapacitante no es normal, y que parchear con la píldora anticonceptiva sí o sí antes de probar herramientas más naturales y fisiológicas no es lo más recomendable. Todo esto es debido, en parte, al desconocimiento que hay sobre nuestra salud hormonal.
Y es que siempre ha habido la tendencia a ver la regla como un tema tabú, algo de lo que avergonzarnos. Lejos de hacerlo, deberíamos celebrar que la menstruación es un signo de salud y que, cuando se altera, nos está indicando que algo no marcha como debería, nos alerta, nos avisa; actúa como indicador de salud que no deberíamos ignorar.
Lo que comienza en la adolescencia por problemas hormonales, como exceso de acné, hirsutismo u otros, puede agravarse o derivar en resistencia a la insulina o problemas de fertilidad. Por eso, si conseguimos una menstruación lo más fisiológica y adaptada posible a nuestra salud, podremos empoderarnos y ser capaces de entender que hay semanas que necesitamos unas cosas y semanas que necesitamos otras; que a veces hay que bajar el ritmo y otras semanas podemos comernos el mundo con más energía, adaptando además la alimentación a las fases del ciclo, y logrando que, al actuar en consonancia con nuestro organismo, nos sintamos mejor y las fluctuaciones (normales) en nuestro humor, debido a las hormonas, sean menos acusadas.
Creo que en los colegios se debería fomentar una educación más completa e integrativa. Para empezar, creo que la asignatura de biología se debería impartir desde un punto de vista más práctico, porque al fin y al cabo estamos hablando de nuestro cuerpo y nuestro funcionamiento. Aquí entraría tanto la salud hormonal como la digestiva, sexual, respiratoria, etc. con abordajes prácticos además de lo meramente teórico. Pero, puesto que muchas veces (y más en la adolescencia) profesores y padres no son los más escuchados por los jóvenes, charlas y talleres de expertos en nutrición, salud hormonal y sexual, al menos una vez cada año durante la educación secundaria, sería realmente interesante.
Es por esto que quiero dirigirme a los miembros de la Asamblea de Madrid, ya que soy de Madrid y son mis representantes en dicha cámara, para pedir medidas que promuevan la educación menstrual a través de ponencias, charlas, talleres, llevados por expertos, donde también se hable de la importancia de la alimentación, ya que hay una relación muy estrecha entre ambas. Esta educación, además, debería ser tanto para las chicas como los chicos, para así normalizar este tema tan silenciado.
El conocimiento es poder, y poder cuidarnos de verdad y prevenir en la medida de lo posible la enfermedad es un acto muy inteligente y beneficioso de salud pública. Esto puede ayudarnos a mejorar nuestro bienestar, a estar conectadas con nosotras mismas y a prevenir diversos problemas de salud. Debemos entender que somos cíclicas, que no rendimos igual todos los días del mes y no pasa nada. Cuando lo entendamos y aprendamos a acompañarnos, veremos que hay semanas en las que necesitamos descansar más y otras en las que somos imparables. Y está bien. Estamos bien, somos mujeres, y tenemos que estar orgullosas de ello.